Soja y maíz toman impulso: el USDA sorprendió al mercado de granos 2025


La soja y el maíz dieron la nota luego de que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) publicó el lunes 12 de mayo su esperado informe mensual con proyecciones para la campaña agrícola 2025/26, y no tardó en sacudir el tablero de los mercados. Mientras los operadores procesaban señales de acercamiento comercial entre Washington y Pekín, el organismo sorprendió con datos que impulsaron los precios de la soja y reposicionaron al maíz como protagonista, en contraste con un trigo que sigue sin levantar cabeza.

La novedad más destacada fue el ajuste a la baja en los stocks de soja estadounidenses, lo que generó un fuerte repunte en los precios internacionales. Paralelamente, aunque el USDA proyectó una cosecha récord de maíz en EE.UU., los inventarios finales resultaron más bajos de lo previsto, alimentando el optimismo entre los analistas. El trigo, en cambio, fue el gran perdedor del reporte: abundancia de oferta global y nulas señales de tensión mantuvieron su precio deprimido.

Soja: el optimismo se apoya en la demanda

El USDA estimó la producción de soja de EE.UU. en 118,1 millones de toneladas, pero lo que más sorprendió fue el bajo nivel proyectado para los stocks finales: apenas 8 millones de toneladas. Esto ubica el ratio stock/consumo en 6,7 %, muy cerca del umbral que el mercado considera como “zona de escasez”, lo cual generó un rebote inmediato en los precios.

En el plano internacional, la demanda china aporta un condimento clave: el gigante asiático proyecta incrementar su consumo y sus importaciones, lo que refuerza el panorama alcista. Sin embargo, Brasil sigue presionando por el lado de la oferta: la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (ANEC) aumentó su proyección de ventas externas para mayo a 14,3 millones de toneladas, lo que limita el margen para nuevas subas.

En Argentina, la cosecha de soja avanza a buen ritmo y supera el 65 %, aunque sigue por debajo del promedio histórico. Las ventas mejoraron, pero aún están lejos de los niveles habituales para esta etapa del año.

Maíz: oportunidad en la transición

El maíz fue otra de las sorpresas del informe. EE.UU. alcanzaría una producción récord de 402 millones de toneladas, pero los inventarios finales quedaron en 45,7 millones, por debajo de lo anticipado. En el plano global, el USDA proyecta una caída de 10 millones de toneladas en los stocks respecto al ciclo anterior, con una baja de 20 millones si se compara con las proyecciones previas, principalmente por el recorte en las reservas chinas.

En Argentina, la cosecha de maíz se encuentra prácticamente paralizada, con un avance de apenas el 37 %. A pesar de ello, los compradores internacionales ya tienen buques esperando en puertos locales, y están pagando premios por entregas inmediatas, lo que abre una ventana de oportunidad para los productores.

Según Dante Romano, especialista del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, “el ingreso fuerte del maíz está a la vuelta de la esquina, y llegar bien vendidos a julio será clave para aprovechar el diferencial de precios”.

Trigo: sobreoferta y sin reacción

El panorama para el trigo fue diametralmente opuesto. El USDA proyectó un aumento de stocks tanto en Estados Unidos como a nivel mundial. En Kansas se esperan rendimientos récord, mientras que en la región del Mar Negro —clave para la exportación— tanto Rusia como Ucrania mantienen proyecciones elevadas. Incluso la Unión Europea ajustó al alza su estimación de cosecha.

En Argentina, la situación no es mucho mejor. Las exportaciones, fuera de Brasil, están virtualmente estancadas, y el interés por sembrar trigo para la campaña 25/26 se mantiene alto, lo que aumenta la oferta proyectada. “En estos niveles, no recomendamos especular con un rebote por parte de China”, advirtió Romano.

Biodiésel y tensiones geopolíticas

El mercado también reaccionó al anuncio de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), que propuso reducir el volumen obligatorio de biodiésel, afectando los precios del aceite de soja. Además, se anticipan exenciones adicionales que podrían debilitar la demanda del subproducto.

En paralelo, China sigue diversificando proveedores: aprobó la importación de burlanda desde Brasil y firmó una carta de intención con Argentina por US$ 900 millones en productos agropecuarios, evitando explícitamente al trigo estadounidense.

En síntesis, mientras el maíz y la soja ofrecen señales positivas en un contexto global volátil, el trigo sigue relegado. Las próximas semanas serán clave para confirmar si estas tendencias se consolidan o si el mercado vuelve a sorprender con un nuevo giro.