Rutas de la muerte: cuáles son las más peligrosas de Argentina
Las rutas argentinas presentan un panorama desolador, donde transitar por ellas se asemeja a jugar a la ruleta rusa. Entre baches, falta de señalización, camiones sobrecargados y diseños obsoletos, la seguridad vial se ve comprometida en todo el país. Según datos oficiales del Ministerio de Transporte y organizaciones especializadas, cada año miles de vidas se pierden en estas vías. A continuación, un ranking de las rutas más peligrosas de Argentina y las razones detrás de su alto nivel de siniestralidad.
Ruta Nacional 7
Este corredor, que conecta Buenos Aires con Mendoza, tiene tramos críticos, como la intersección con la Ruta Provincial 51 cerca de Carmen de Areco. La falta de señalización adecuada, la ausencia de una rotonda y banquinas en mal estado hacen de este cruce una trampa mortal. Solo en 2023, se registraron accidentes fatales que dejaron 16 heridos y múltiples pérdidas humanas.
Ruta Nacional 5
Privatizada en 1994 con promesas de modernización, la Ruta 5 aún espera convertirse en una autovía. En el tramo Luján-Santa Rosa, los siniestros son moneda corriente debido al alto tráfico de camiones y un diseño angosto y obsoleto. Según datos, el 30% del tránsito en esta vía está compuesto por vehículos de carga, agravando el riesgo de accidentes frontales al intentar adelantarlos. La obra de ampliación avanza lentamente, y aún faltan 475 kilómetros para completar el proyecto.
Ruta Nacional 9
Aunque es una de las principales arterias del país, la Ruta 9 presenta problemas severos de mantenimiento, como baches y charcos de agua en días de lluvia. Estos desperfectos son agravados por el sobrepeso de los camiones, que deterioran la cinta asfáltica. A pesar de ser multicarril, muchos camiones circulan por el carril izquierdo para evitar dañar sus suspensiones, aumentando el riesgo para los demás conductores.
Factores Comunes
El estado de las rutas argentinas refleja la falta de inversión en infraestructura vial y la saturación de camiones debido a la ausencia de un sistema ferroviario eficiente. Según las declaraciones de Fabián Pons, director del Observatorio Vial Latinoamericano, a La Nación esta coexistencia entre vehículos lentos y rápidos genera constantes maniobras de adelantamiento, una de las principales causas de siniestros. Además, la normativa que exige 100 metros de distancia entre camiones rara vez se respeta, obligando a los automovilistas a recorrer largos tramos en contramano para adelantarlos.
Un informe del Ministerio de Obras Públicas revela que solo el 31% de la red vial nacional está en buen estado, mientras que el 41% está en mal estado. De los más de 640,000 kilómetros de rutas argentinas, apenas 3,303 corresponden a autopistas o autovías, dejando al resto en condiciones precarias. La Agencia Nacional de Seguridad Vial registró en 2023 un promedio de 12 muertes diarias por siniestros viales, siendo las colisiones frontales en rutas nacionales las más frecuentes.
Las más peligrosas según Cesvi
La empresa Cesvi, que analiza anualmente 10,000 kilómetros de rutas, clasifica las más peligrosas según una escala del 1 al 5. Las rutas con más riesgo suelen ser aquellas con intersecciones mal señalizadas y con alto tráfico de camiones. La Ruta 5, la Ruta 7 y la Ruta 9 lideran este ranking debido a su combinación de diseño obsoleto, falta de mantenimiento y alto flujo vehicular.
Graciela Squiquera, residente de Carlos Casares, creó el grupo de Facebook Autovía ya!!! tras un accidente que dejó a una joven parapléjica. Este espacio, con más de 45,000 miembros, reúne testimonios y fotografías que evidencian la crisis vial. “Hay gente que no sale a la ruta por miedo. Es un parate para muchas cosas”, expresa Squiquera en diálogo con La Nacion, quien junto a otros ciudadanos impulsa una campaña de recolección de firmas para exigir mejoras.
Expertos como Pons coinciden en que es imprescindible invertir en infraestructura ferroviaria para descongestionar las rutas y aumentar su seguridad. Mientras tanto, mejorar el mantenimiento, incrementar los controles de tránsito y avanzar en las obras de ampliación de autovías son pasos necesarios para mitigar esta crisis.
La situación de las rutas argentinas es un reflejo de décadas de desidia. La combinación de infraestructura deficiente y falta de control convierte a estos caminos en verdaderas trampas mortales, dejando en evidencia la urgente necesidad de acciones concretas para proteger la vida de quienes las transitan.