Ganadería 2025: el precio del gordo resiste al bajo consumo de carne

La ganadería argentina transita un momento de fuerte incertidumbre. A pesar de cierta estabilidad macroeconómica reciente, el consumo interno de carne vacuna continúa en niveles bajos y los precios del ganado gordo no logran despegar. Según el informe semanal de AZ Group correspondiente a la Semana 20, el precio promedio del novillito se ubicó en torno a los $2.080 por kilo vivo, sin grandes cambios respecto a semanas anteriores. Lo mismo ocurrió con la vaca y el novillo pesado, cuyas cotizaciones siguen estancadas.
Cómo sigue le mercado de gordo en la ganadería
Este comportamiento de la ganadería refleja un mercado sin impulso. Desde el sector industrial, explican que la demanda en mostrador sigue débil, en un contexto donde los ingresos de las familias están comprimidos y la inflación, aunque desacelerándose, todavía castiga al poder adquisitivo. El consumo per cápita de carne vacuna se encuentra entre los niveles más bajos de las últimas décadas, en torno a los 44 kg anuales, según estimaciones privadas.

Los frigoríficos operan con márgenes estrechos en la ganadería. El precio del kilo vivo no baja significativamente, pero tampoco hay margen para trasladar aumentos a la góndola. Esta “pinza” deja a la industria con poca capacidad para sostener el ritmo de faena, que se mantiene alta, aunque con señales de agotamiento.
La situación de la ganadería también repercute sobre los feedlots. Si bien los costos de alimentación están relativamente controlados gracias a un precio del maíz todavía accesible, los márgenes del engorde siguen siendo negativos o apenas equilibrados. Muchos establecimientos están optando por reducir la carga o acortar los ciclos productivos, priorizando la salida rápida del animal gordo antes que buscar mayor peso.

Otro aspecto clave es la exportación. Aunque los precios internacionales de la carne han mostrado cierta recuperación, no logran compensar la falta de competitividad generada por el atraso cambiario. El dólar oficial sigue sin acompañar la evolución de los costos internos, lo que erosiona la rentabilidad del negocio exportador. En este marco, las plantas orientadas al mercado externo también encuentran dificultades para sostener volúmenes y precios.
Desde el punto de vista comercial, el Mercado Agroganadero (MAG) de Cañuelas continúa funcionando como principal termómetro del sector. En la última semana, la plaza mostró una marcada selectividad en la demanda, con buenos precios sólo para lotes muy destacados. El resto de la hacienda tuvo dificultades para colocarse, reflejando el clima de cautela entre compradores.
En paralelo, la presión tributaria y la incertidumbre política también inciden en la toma de decisiones. Muchos operadores prefieren no arriesgar capital ante la falta de previsibilidad. Esta actitud defensiva se traduce en menor inversión, menor retención de vientres y una visión de corto plazo que pone en riesgo el equilibrio futuro de la cadena.

El escenario es complejo. El estancamiento del precio del gordo, sumado a un consumo que no despega, plantea desafíos importantes. La reactivación del poder de compra de los hogares será clave para romper la inercia negativa que hoy domina al mercado. De lo contrario, el riesgo es una caída en la producción y, eventualmente, un aumento de precios que termine expulsando aún más al consumidor.
La cadena cárnica necesita señales. Políticas que acompañen la inversión, un tipo de cambio más competitivo y herramientas para mejorar la eficiencia pueden marcar la diferencia. Mientras tanto, el mercado sigue a la espera de un repunte que, por ahora, no llega.