La ganadería en La Rioja se fortalece con un modelo de mayor eficiencia para 2025

En los valles riojanos, una región caracterizada por su aridez y limitaciones ambientales para la ganadería, los productores han logrado duplicar su producción gracias a la incorporación de conocimiento y tecnología. Con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la recría se ha convertido en una estrategia clave para mejorar los índices productivos y garantizar la sustentabilidad del sector.
Innovación productiva en una región desafiante
La ganadería en los llanos riojanos enfrenta su principal obstáculo en la aridez del suelo, con precipitaciones anuales inferiores a los 400 milímetros, concentradas entre noviembre y marzo. Sin embargo, los productores han optado por innovar para aumentar su eficiencia.
La integración de la recría a los sistemas de cría tradicionales permite diversificar la producción ganadera, logrando animales más pesados para la venta en momentos estratégicos del mercado. Además, reduce los costos de mantenimiento del rodeo en años adversos.

Un ejemplo de esta innovación es el establecimiento ganadero Villa del Sol, ubicado en el Departamento de Rosario Vera Peñaloza, a 14 kilómetros de la ciudad de Chepes. Su propietario, Javier Saddi, junto con su asesor técnico Daniel Adaro, ha logrado incrementar un 25 % la producción total mediante la recría de terneros, ajustando la suplementación según las condiciones climáticas de cada año.
El rol de la recría en la ganadería riojana
Roxana Ávila, investigadora del INTA La Rioja, destaca que “sumar la recría a los establecimientos ganaderos es una oportunidad para mejorar la eficiencia de la cría mediante técnicas de manejo como el estacionamiento de servicio, la selección de reposición y el destete planificado”.
En Villa del Sol, la recría comienza tras el destete del ternero. Si el año es favorable en lluvias y hay suficiente forraje, los terneros de seis meses son suplementados con balanceado comercial (1 % de su peso vivo) y pastorean buffelgrass diferido. En años secos, el destete se adelanta a los cuatro o dos meses para preservar la condición corporal de las madres y mejorar la tasa de concepción. Los terneros se crían en corrales con balanceado comercial (1,5 % del peso vivo) y rollos de alfalfa (1,5 % del peso vivo). La recría dura entre 120 y 150 días, según el tipo de destete realizado.
Gracias a este modelo, Villa del Sol duplicó la producción de carne de la región, alcanzando 10 kilos de carne por hectárea, comparado con los 3 a 5 kilos promedio.

Base forrajera y tecnología para superar desafíos
La base alimenticia de la ganadería riojana se compone en un 95 % de pastizales naturales y en un 5 % de pasturas megatérmicas implantadas, como el buffelgrass. Sin embargo, el sobrepastoreo y la degradación del suelo han reducido la productividad.
Lisandro Blanco, técnico del INTA, explica que “el 95 % de los productores poseen menos de 100 cabezas bovinas y dependen de pastizales naturales que están degradados, con menor diversidad y erosín del suelo”. Para revertir esta situación, el INTA trabaja en la implementación de tecnologías adaptadas a la región.
Entre las estrategias recomendadas por el INTA están el estacionamiento de servicio, ajuste de carga animal, descanso estacional de potreros, incorporación de la recría, suplementación estratégica y sincronización de celo para concentrar la parición. También se promueve la implantación de pasturas megatérmicas en áreas degradadas y el monitoreo satelital del forraje.
Resultados alentadores en otros establecimientos
Otro caso exitoso es el establecimiento El Zampal, en el suroeste del Departamento Rosario V. Peñaloza. Bajo la asesoría del INTA y su propietario, Marcelo Troncoso, se implementaron estrategias de manejo que elevaron la producción de carne entre 10 y 14 kilos por hectárea, con índices de destete superiores al 85 %.

El Zampal cuenta con 500 hectáreas, la mayoría roladas, y se dedica a la ganadería bovina de Aberdeen Angus. Sus propietarios han incorporado tecnologías como pastoreo rotativo con boyero eléctrico, divisiones de potreros, rolado de campos, captura y almacenamiento de agua de lluvia, destete anticipado y monitoreo satelital de forrajes.
Gracias a estos avances, el establecimiento logró mejorar la calidad del rodeo y acceder a mejores precios en la región.
El modelo de recría implementado en los valles riojanos representa una estrategia innovadora para hacer frente a las limitaciones ambientales y productivas de la región. A través del acompañamiento del INTA y la adopción de tecnologías adaptadas, los productores están logrando mejoras significativas en eficiencia, productividad y sustentabilidad, consolidando una ganadería resiliente y competitiva en La Rioja.