Nicolás Pino alertó sobre la ola de “impuestazos” de los municipios contra el campo


El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, expresó la preocupación del sector agropecuario argentino por la aplicación de nuevos impuestos municipales al campo. Se refirió a casos recientes, como la tasa de servicios esenciales en Azul.

Pino destacó que muchos intendentes no parecen comprender la situación del campo frente a una creciente presión impositiva y subrayó que la mayoría de la sociedad votó por un modelo con menos impuestos. La Mesa de Enlace bonaerense también expresó su preocupación por los aumentos impositivos.

“Muchos intendentes bonaerenses parecen no entender que los argentinos, y en especial el campo, no resisten más presión impositiva”, escribió el funcionario en su cuenta de X. “Además, obvian que la mayoría de la sociedad votó un modelo con menos impuestos”, agregó.

En detalle: los “impuestazos” al campo

En noviembre de 2023, se intensificó la controversia entre los productores del partido bonaerense de Laprida debido a la aprobación por parte del Concejo Deliberante de la séptima cuota extraordinaria a la tasa vial. La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) rechazó enérgicamente estos incrementos, considerándolos confiscatorios y previendo un aumento significativo de la litigiosidad debido a la falta de una contraprestación clara.

En la misma línea, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) destacó otra disputa emergente en Pehuajó, donde la municipalidad, encabezada por el intendente Pablo Zurro, está trabajando en la redacción de un impuesto sobre la aplicación de agroquímicos. Según la normativa propuesta, este impuesto se calcularía en función de dos litros de gasoil por hectárea producida.

La medida ha generado resistencia entre los productores locales, como lo expresó José Perkins en FM Mágica de Pehuajó. Perkins considera que la ordenanza propuesta por Unión por la Patria es confiscatoria y absurda, ya que busca prohibir la aplicación de fitosanitarios en campos ubicados a 500 metros del ejido urbano, exigiendo además 300 metros adicionales de área de amortiguamiento para tratar solo con productos de la banda verde.

En sus reclamaciones, Perkins resalta la importancia de poder cuidar los cultivos y señala la paradoja de que los productos de uso doméstico presentan la misma peligrosidad que los fitosanitarios.