Exceso de agua y lluvias persistentes: alerta en la cosecha 2025 en Buenos Aires


El campo bonaerense continúa en vilo. Un informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), dependiente de la Secretaría de Agricultura, reveló que la mitad de la provincia de Buenos Aires se encuentra bajo condiciones de excesos hídricos. Esta situación, provocada por lluvias intensas y persistentes en las últimas semanas, compromete el normal avance de la cosecha y pone en jaque los rindes de los cultivos de soja y maíz.

En este contexto crítico, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) estima que unas 1,26 millones de hectáreas con soja aún no fueron recolectadas en el norte y oeste bonaerense. Se trata de una superficie considerable que, de prolongarse las condiciones actuales, podría verse seriamente afectada en términos de rendimiento y calidad.

Lluvias extremas y suelos saturados

Según detalló la ORA en su reporte semanal, los acumulados pluviales superaron ampliamente los 150 milímetros en el norte y noreste bonaerense, mientras que en localidades como Chacabuco, Rojas y Junín se registraron precipitaciones récord de hasta 378 mm. “Aún en zonas donde ha llovido menos, se estiman excesos hídricos debido a la saturación previa de los suelos”, explicaron desde el organismo.

El informe precisa que la zona norte de la provincia tiene alrededor de 530.000 hectáreas de soja sin cosechar, mientras que en el oeste bonaerense, donde las lluvias fueron menos intensas pero igualmente significativas, restan otras 730.000 hectáreas, algunas de ellas potencialmente afectadas.

El antecedente de marzo no ayuda: esa región ya había sufrido lluvias extraordinarias que retrasaron la cosecha en un 14,7% respecto al año anterior. “Los nuevos acumulados podrían generar pérdidas importantes”, advirtieron desde la Bolsa porteña.

Clima, lluvias

Maíz: menor superficie pendiente, pero con atención

En lo que respecta al maíz, el panorama es algo más alentador. En el norte de Buenos Aires, la cosecha avanza hacia el 90%, quedando unas 120.000 hectáreas aún por levantar, principalmente de planteos tardíos y de segunda ocupación. En el oeste, si bien resta mayor superficie, no se esperan mermas productivas significativas por ahora.

No obstante, los técnicos advierten que la prolongación de las lluvias puede agravar la situación, sobre todo si los excesos hídricos persisten y no se permite el ingreso de maquinaria a los lotes.

Nueva amenaza: más lluvias en camino

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) alertó que los pronósticos indican nuevas precipitaciones en la región núcleo, lo que complicaría aún más la situación. “El agua sigue sin escurrir en muchas zonas. La duración de ese exceso será crítica para ver el daño real en los cultivos que no se cosecharon”, señaló Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR.

A esto se suma la posibilidad de pérdida de calidad en los granos por brotado o podredumbre, en caso de mantenerse las condiciones de humedad por un período prolongado.

Russo también confirmó que hubo fuertes ráfagas de viento en distritos como Hipólito Yrigoyen, lo que generó daños puntuales adicionales.

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Complicaciones para la próxima siembra de trigo

Desde el INTA Pergamino, el especialista en suelos Andrés Llovet explicó que los efectos del temporal dependerán en buena medida del relieve de cada zona. “En áreas onduladas, el escurrimiento fue más rápido, pero en ambientes planos, el drenaje es muy limitado”, detalló.

Localidades como Rojas, Bragado, 9 de Julio y parte de Chivilcoy presentan acumulaciones de agua preocupantes, lo que podría reducir la superficie de siembra de trigo, cuya campaña comienza este mes.

“Si no se puede sembrar a tiempo, se intentará con variedades de ciclo intermedio en junio o corto en julio. Pero si sigue lloviendo, muchos lotes podrían quedar afuera”, advirtió Llovet.

Además, el especialista recordó que el centro-oeste bonaerense ya estaba complicado desde comienzos de otoño por lluvias que elevaron las napas y dificultaron el tránsito. “Esto sin dudas se va a agravar”, aseguró.

Mientras los técnicos trabajan con imágenes satelitales para cuantificar con mayor precisión el área afectada y las pérdidas potenciales, el campo espera una tregua climática que le permita retomar la cosecha antes de que el daño sea irreversible. En tanto, el pronóstico no ofrece garantías, y la incertidumbre sigue ganando terreno entre productores que apenas días atrás soñaban con una cosecha histórica.