Soja: suben las estimaciones de producción a 48,5 millones de toneladas

La campaña de soja 2024/25 en Argentina está dejando un sabor mucho más positivo del que se esperaba. Tras una temporada marcada por desafíos climáticos y sequía, la producción nacional experimentó un repunte inesperado impulsado por el buen rendimiento de la soja de segunda. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la proyección de cosecha pasó de 45,5 a 48,5 millones de toneladas, sumando tres millones de toneladas adicionales.
Este salto en las estimaciones fue atribuido principalmente a la resiliencia del cultivo tardío, que logró desarrollarse con éxito en varias regiones del país, incluso en zonas donde el panorama era inicialmente desalentador. “Una recuperación en rindes que comenzó en el centro del país y llegó a toda la región pampeana”, señala el informe de la BCR. A nivel nacional, ya se ha cosechado el 66 % de la superficie sembrada.
Santa Fe lidera con los mejores rindes de soja
Entre las provincias, Santa Fe se ubica en el primer lugar del ranking de rendimientos con un promedio de 35,4 quintales por hectárea, lo que representa un incremento de 2,8 quintales respecto a estimaciones anteriores. Esta mejora tuvo un impacto significativo en la producción total de la provincia, que sumó cerca de un millón de toneladas más de soja. No solo se vieron beneficiadas las zonas tradicionalmente fuertes, como el sur y centro-sur santafesino, sino que incluso el centro provincial mostró una recuperación, aunque en menor magnitud.

El informe también destaca avances importantes en otras provincias clave. Entre Ríos aportó 760.000 toneladas adicionales, mientras que Buenos Aires sumó 580.000 toneladas, gracias a ajustes positivos sobre todo en el norte del territorio. Por su parte, Córdoba añadió 550.000 toneladas, acompañadas de una mejora promedio de 1,2 quintales por hectárea.

Los técnicos de la BCR señalaron que tanto productores como asesores agronómicos quedaron sorprendidos por los resultados que está arrojando la campaña, especialmente en los lotes de soja de segunda. La clave estuvo en la decisión de los productores de no abandonar los cultivos, a pesar de las condiciones adversas que marcaron el desarrollo inicial.
“El productor no abandonó los lotes y siguió haciendo las aplicaciones contra las típicas plagas de la sequía como arañuelas y trips, controlando malezas y, hasta algunos, promotores de crecimiento”, destacó la BCR. Esta apuesta, en momentos donde parecía poco probable una recuperación, terminó dando frutos gracias a la llegada de lluvias tardías que permitieron completar el ciclo del cultivo en muchas zonas.
El caso del norte de Buenos Aires es ilustrativo: allí, muchos lotes que se consideraban perdidos lograron recuperarse y hoy se están cosechando con rendimientos de no menos de 20 quintales por hectárea. Incluso en áreas donde no se esperaban más de 25 qq/ha, los rindes actuales superan las previsiones iniciales entre 5 y 10 quintales.

Perspectivas para el cierre de campaña
A medida que avanza la trilla, las expectativas continúan mejorando, especialmente en regiones como el centro y sur de Buenos Aires, donde aún podrían registrarse rendimientos por encima de los previstos. Si estas proyecciones se confirman, el total nacional podría acercarse aún más a los 49 millones de toneladas, lo que representaría un cierre de campaña impensado hace apenas unos meses.

Este repunte en la producción de soja tiene implicancias económicas relevantes para el país, ya que la oleaginosa es una de las principales fuentes de divisas por exportaciones. En un contexto de recuperación macroeconómica, este aporte adicional del agro representa una noticia alentadora no solo para el sector, sino también para las arcas del Estado.
La campaña 2024/25 confirma, una vez más, la capacidad de adaptación del productor argentino y el potencial del cultivo de soja, incluso en escenarios climáticos adversos. Con el esfuerzo sostenido y la apuesta por mantener los lotes, el campo logró dar vuelta una campaña que parecía perdida y convirtió la resiliencia en resultados concretos.