Retenciones: los detalles de la medida al trigo y la cebada hasta marzo de 2026

El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la prórroga de la reducción de retenciones para el trigo y la cebada hasta el 31 de marzo de 2026. La decisión, que responde a una demanda central del sector agropecuario en vísperas de una nueva campaña de siembra fina, busca incentivar la producción y consolidar el potencial exportador de estos cultivos clave.
El anuncio sobre las retenciones se realizó a través de la red social X (ex Twitter), donde Caputo explicó que la medida —originalmente implementada en enero de 2025 y prevista para finalizar el 30 de junio— se extenderá por nueve meses más. De esta forma, abarcará plenamente el ciclo comercial de la próxima cosecha fina, que comienza a sembrarse durante estas semanas en todo el país.
“Las exportaciones de trigo y cebada, junto con sus derivados, representan alrededor de 4.000 millones de dólares al año, cerca de un 5% del total exportado por la Argentina”, detalló el funcionario.

Un incentivo clave para la campaña fina
La prórroga de las retenciones llega en un momento clave. Según diversos analistas y entidades técnicas del agro, la intención de siembra de trigo ya mostraba signos de crecimiento debido a la mejora en las condiciones hídricas de los suelos. Sin embargo, los márgenes ajustados de rentabilidad y la incertidumbre macroeconómica mantenían en duda la concreción de ese potencial.

Ahora, con un panorama más favorable en términos fiscales, se espera que la campaña fina se encamine definitivamente hacia una expansión significativa, con posibilidades de alcanzar e incluso superar los niveles históricos de superficie sembrada.
La medida sobre las retenciones también contribuye a fortalecer la previsibilidad del mercado, un factor determinante para los productores al momento de definir inversiones en tecnología, insumos y logística.

Soja, maíz y girasol, fuera del beneficio
Caputo aclaró que la prórroga de la baja de retenciones no incluirá a otros cultivos como la soja, el maíz, el girasol, el sorgo y sus subproductos, que volverán a tributar con los valores vigentes en enero.
Esto implica, por ejemplo, que la soja volverá a pagar una alícuota del 33% en su versión grano y del 31% en sus derivados industriales, tras haber gozado de una rebaja temporaria que los redujo al 26% y 24,5%, respectivamente. El maíz y el girasol también sufrirán un incremento similar de las retenciones.
Desde las entidades del campo, la medida fue recibida de las retenciones con satisfacción parcial. Aunque se valoró la extensión para trigo y cebada, también se reiteró el pedido de una baja generalizada para toda la cosecha gruesa, argumentando su peso clave en la economía agroexportadora del país.

Reducción de aranceles industriales: impacto también en el agro
El ministro Caputo no se limitó a anunciar beneficios fiscales para los cereales. También reveló una nueva reducción de aranceles para 27 bienes de capital, como parte de la política oficial de desregulación económica y estímulo a la inversión.
Según explicó, se trata de maquinarias cuyo arancel de importación oscilaba entre el 20% y el 35%, muy por encima del 12,6% estipulado por el Mercosur para ese tipo de productos.
Entre los equipos alcanzados por esta reducción se incluyen ventiladores industriales, maquinaria de corte láser, prensas, plegadoras, bombas centrífugas, hornos de panadería, polipastos eléctricos, depuradores de gases, máquinas para fabricar helados, y esquiladoras, entre otros.
Si bien muchas de estas herramientas están destinadas a usos industriales generales, varias tienen impacto directo en sectores del agro, como la maquinaria agrícola, la industria metalúrgica rural y la cadena ovina.
“Con esta nueva baja, ya hemos reducido los aranceles de 1.081 productos”, destacó Caputo, reafirmando el compromiso del gobierno con un modelo económico más competitivo y abierto al mundo.

Un alivio para el sector productivo
La combinación de menor presión fiscal sobre el trigo y la cebada, junto con una reducción de costos en equipamiento esencial, representa un respiro para el agro en un contexto desafiante. Aunque persisten las demandas de mayor equidad tributaria para todos los cultivos, el anuncio oficial ofrece señales positivas de cara a una nueva campaña que podría marcar el inicio de una recuperación sostenida del sector cerealero.
Con este gesto, el gobierno busca alinear su discurso pro-mercado con medidas concretas que generen previsibilidad, aumenten la inversión y potencien las exportaciones, claves para consolidar la recuperación macroeconómica.