Los planes de Donald Trump para el campo de Estados Unidos
Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, delineó una política para el campo basada en el proteccionismo y el fortalecimiento de los productores nacionales. Estas propuestas buscan abordar los desafíos que enfrenta el sector rural del país, que representa a cerca de 66 millones de personas, es decir, el 20 % de la población estadounidense. En un cuestionario presentado por la American Farm Bureau Federation (AFBF), que representa a 2 millones de productores rurales, Trump detalló los principales puntos de su programa agroalimentario.
Comercio exterior de Donald Trump: protección y reciprocidad
Trump enfatizó su intención de proteger a los productores nacionales frente a la competencia extranjera. Uno de sus principales proyectos será la promulgación de la “Trump Reciprocal Trade Act”, una legislación diseñada para implementar medidas de reciprocidad comercial. Esta ley pretende eliminar barreras que afectan la exportación de productos agrícolas estadounidenses y priorizar el mercado interno, en detrimento de proveedores extranjeros.
En paralelo, Trump prometió reducir la dependencia de China en el suministro de productos agrícolas esenciales. Este compromiso incluye incentivar la producción interna y garantizar la soberanía alimentaria del país.
Medidas económicas: recortes de impuestos y apoyo financiero
El presidente electo busca aliviar las presiones económicas de los productores mediante:
- Recorte de impuestos: Trump afirma que esta medida reducirá la inflación, que impactó tanto a los consumidores como a los agricultores en los últimos años.
- Fortalecimiento de programas de apoyo: prometió mejoras en iniciativas como precios mínimos, seguros de cosechas y cobertura de márgenes lácteos, brindando mayor estabilidad económica a los productores.
Sostenibilidad y cambio climático: una visión controvertida
En temas ambientales, Trump mostró una postura radicalmente distinta a la del actual gobierno
- Eliminación del “Green New Deal”: Considera que este plan de sostenibilidad encareció los costos de producción y energía en el sector agropecuario.
- Desmantelar las políticas de neutralización de emisiones: Trump asegura que estas regulaciones no benefician a los agricultores y ganaderos. Según él, los productores estadounidenses son líderes mundiales en prácticas de secuestro de carbono, por lo que no necesitan mayores restricciones.
Además, se comprometió a reducir los costos de energía a la mitad en su primer año de gobierno, aliviando la carga económica de los agricultores al abaratar fertilizantes, pesticidas y otros insumos agrícolas.
Biotecnología: impulso a la innovación
Trump considera que la biotecnología es clave para la evolución de la producción agropecuaria. Por ello, planea agilizar los procesos de aprobación de nuevas tecnologías, permitiendo que los productores tengan acceso más rápido a avances científicos que mejoren la eficiencia y rentabilidad del sector.
Infraestructura rural: conectividad y calidad de vida
Para frenar la migración desde las zonas rurales hacia las urbanas, Trump planteó varias medidas:
- Ampliación de la cobertura de Internet de banda ancha: Busca cerrar la brecha digital en las áreas rurales, facilitando el acceso a herramientas modernas de gestión y comercio.
- Mejora de la infraestructura y servicios básicos: Se compromete a fortalecer la asistencia médica y el desarrollo de caminos rurales para mejorar la calidad de vida en estas regiones.
Un enfoque proteccionista y pragmático para el campo
El plan de Donald Trump para el sector agropecuario refleja su enfoque proteccionista y su intención de priorizar la producción nacional sobre la globalización. Aunque sus medidas prometen aliviar los costos y apoyar a los productores locales, generan preguntas sobre sus posibles efectos en las relaciones comerciales internacionales y en el avance de la sostenibilidad ambiental.
El desafío será equilibrar estas políticas con la necesidad de mantener el liderazgo de Estados Unidos en el mercado global de alimentos, así como de garantizar que el sector rural prospere sin comprometer los avances hacia una agricultura más sostenible y resiliente.