Ola polar en el campo: cómo afectan las heladas a los cultivos

La llegada de una ola polar al país, que mantiene activo el alerta amarillo del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en 14 provincias, trajo consigo un impacto dispar en el sector agropecuario. Mientras que en la zona núcleo los productores celebran la mejora de las condiciones para la siembra de trigo y la finalización de la cosecha de soja, en Córdoba crecen las alertas por los daños que las heladas podrían provocar en los lotes de maní aún no cosechados.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las temperaturas bajo cero que comenzaron a registrarse desde la madrugada del lunes representan una oportunidad crucial para destrabar labores agronómicas que venían retrasadas por el exceso de humedad. “Las heladas traen una oportunidad clave para la siembra de trigo en la región núcleo”, destacaron desde la entidad.
El consultor climático Alfredo Elorriaga explicó que el ingreso de una masa de aire frío desde el sudoeste, con viento persistente, permitirá un rápido secado de los suelos, lo que facilitará el ingreso de maquinaria a lotes que, hasta el momento, no podían trabajarse debido al barro acumulado por semanas de lluvias y lloviznas.
Trigo y soja, beneficiados
En este contexto, Cristian Russo, jefe de estimaciones agrícolas de la BCR, subrayó que el fenómeno llega “en un momento justo y muy oportuno”. Según los relevamientos, ya se registraron tres eventos de heladas previstos para esta semana, con temperaturas de hasta -4,6°C en Hernando (Córdoba), -2,9°C en Bengolea y -2,8°C en Colonia Almada, lo que demuestra la intensidad del frente frío.

“El domingo se espera el día más frío de todos. Estas heladas son fundamentales para avanzar con la siembra de los ciclos largos de trigo, que dominan en la región”, explicó Russo. Hasta hace unos días, se estimaba una pérdida potencial de 50.000 hectáreas de trigo debido a la imposibilidad de sembrar en campos anegados. Sin embargo, con esta ventana climática seca, muchos de esos lotes podrán finalmente incorporarse a la campaña.
También la cosecha de soja podría beneficiarse, especialmente en el noreste bonaerense, donde todavía quedaban lotes sin levantar. Las condiciones de humedad venían complicando el trabajo de recolección, y las heladas ahora permitirán terminar con los lotes pendientes, según señalaron desde la BCR.

Efecto de la ola polar sobre malezas y plagas
Otro aspecto destacado del fenómeno es su impacto positivo sobre el control de plagas y malezas, en especial para el maíz. “Los fríos intensos ayudan a reducir el nivel poblacional de la chicharrita y controlar los maíces guachos, que habían crecido hasta un metro y medio y funcionaban como reservorios de plagas”, explicaron desde Rosario. Esto representa una buena noticia para quienes planifican siembras tardías de maíz, ya que reduce el riesgo sanitario.

El maní, en riesgo por las heladas
Pero no todas son buenas noticias. Desde la Bolsa de Cereales de Córdoba advirtieron que las temperaturas bajo cero pueden afectar severamente a los lotes de maní que ya fueron arrancados pero aún no cosechados. La mecánica del cultivo implica un período en el que las “cajas” de maní quedan expuestas al ambiente, y las heladas intensas pueden resecar o destruir esas vainas, comprometiendo la calidad del grano.
“La ola polar trajo heladas agrometeorológicas en toda la provincia, con mínimas que descendieron por debajo de los -4°C en varios departamentos”, reportaron. La advertencia es clara: si las condiciones se mantienen, podría haber pérdidas significativas en el rendimiento del maní, cultivo clave para el sur cordobés.

Expectativas mixtas en el agro
El fenómeno climático genera así un escenario mixto para el agro argentino. Mientras algunas regiones aprovechan el frío como una ventana productiva para avanzar con el trigo, terminar con la soja y preparar el terreno para el maíz, otras sufren sus consecuencias con cultivos sensibles como el maní.
Con más jornadas gélidas por delante, los técnicos recomiendan seguir de cerca los pronósticos y tomar medidas de protección, especialmente en aquellos cultivos más expuestos a los riesgos del invierno crudo.