Mercado de Invernada: el precio se sostiene en medio de la caída del consumo

Durante esta última semana de mayo, el mercado de invernada mostró una notable estabilidad de precios, a pesar del estancamiento en el consumo interno y de una oferta que continúa siendo elevada. El contexto económico general, marcado por la desaceleración de la inflación, la falta de señales claras en el tipo de cambio y una demanda débil, sigue condicionando las decisiones del sector ganadero. Sin embargo, los valores en el mercado de invernada no sólo resistieron la presión bajista, sino que en algunos casos incluso mejoraron levemente, según el informe semanal de AZ Group.
El Mercado de Invernada transita la venta de la cola de la zafra
En términos generales, los valores de la invernada se mantuvieron estables en las categorías más demandadas. Los terneros de entre 180 y 200 kg cotizaron en torno a los $2.030 por kilo vivo, mientras que los más livianos (hasta 160 kg) alcanzaron los $2.170/kg. En paralelo, las vaquillonas mostraron una mayor dispersión de precios, aunque también conservaron valores firmes, con picos de $2.000/kg en lotes destacados.

Desde el sector consignatario, señalan que la oferta continúa siendo fluida, con una fuerte presencia de productores que, presionados por la necesidad de liquidez y los costos, adelantan ventas. Aun así, la firmeza de los precios revela un equilibrio inestable pero funcional entre oferta y demanda.
Un aspecto a destacar es la mejora en los precios de los animales destinados a feedlot. La menor oferta de los feedloteros, combinada con una expectativa de recomposición futura de márgenes, generó un repunte en algunas categorías. Además, las lluvias ocurridas en ciertas regiones también incidieron positivamente en la demanda de terneros, al permitir recuperar parte del forraje y pensar en recrías más largas.

A nivel nacional, la perspectiva climática se presenta como un factor determinante en los próximos movimientos del mercado. Si bien las lluvias recientes no alcanzaron para revertir la situación en zonas con déficit hídrico estructural, en otras áreas mejoraron las condiciones para retener hacienda.
La estabilidad en el precio del maíz también jugó un rol clave en este escenario. La continuidad de un maíz barato facilita la planificación en sistemas de engorde intensivo, lo que tiende a sostener los precios de reposición, al menos en el corto plazo.
De fondo, el interrogante sigue siendo la evolución de la macroeconomía. Si bien la inflación mensual está mostrando una desaceleración, la recesión impacta con fuerza sobre el consumo de carne vacuna, tanto en cortes frescos como en productos derivados. La baja capacidad de compra del consumidor limita cualquier intento de recomposición de márgenes por parte de la industria frigorífica.

En resumen, el mercado de invernada se muestra sorprendentemente sólido en un contexto adverso. La combinación de factores climáticos, costos estables en la alimentación y una oferta sostenida permite mantener los valores. Sin embargo, la sostenibilidad de esta situación dependerá en gran medida de la evolución del consumo interno y del tipo de cambio, variables clave en la rentabilidad del negocio ganadero argentino.