La Niña asoma en el Pacífico, aunque el fenómeno todavía no muestra la fuerza necesaria

La NOAA anunció oficialmente la presencia de condiciones de La Niña en el océano Pacífico, las cuales podrían extenderse hasta comienzos de 2026. Sin embargo, parte de la comunidad científica mantiene reservas sobre la solidez del fenómeno y advierte que los indicadores todavía son débiles y recientes.
El aviso fue emitido por el Centro de Predicción Climática (CPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), que declaró la presencia de anomalías frías en el Pacífico tropical y una probable persistencia del evento entre diciembre de 2025 y febrero de 2026. Según el organismo, se trata de un episodio débil que podría transicionar hacia condiciones neutrales a comienzos del próximo año.
Aun así, diversos expertos instan a la cautela y recuerdan que el enfriamiento superficial observado apenas alcanza los umbrales mínimos que definen a La Niña, por lo que sería prematuro afirmar que el fenómeno está completamente establecido.

¿Qué informó la NOAA en su último boletín?
De acuerdo con el comunicado del CPC-NOAA, las anomalías negativas de la temperatura superficial del mar (TSM) se expandieron en el Pacífico central y oriental, con un índice Niño-3.4 que alcanzó -0,5 °C durante la última semana.
Además, se detectaron anomalías frías subsuperficiales de hasta 200 metros de profundidad, vientos del este fortalecidos y un aumento de la convección sobre Indonesia, todos signos típicos de una fase fría del Fenómeno El Niño–Oscilación del Sur (ENSO).
El boletín, sin embargo, aclara que se espera que la intensidad del evento se mantenga débil, con impactos limitados en el clima global, especialmente en comparación con episodios fuertes de La Niña registrados en el pasado.

¿Cómo se define oficialmente una fase de La Niña?
La NOAA establece criterios precisos para declarar un evento de La Niña. Entre ellos, que la temperatura superficial del mar en la región Niño-3.4 sea al menos 0,5 °C más fría que el promedio durante tres trimestres consecutivos (por ejemplo, de octubre a diciembre, de noviembre a enero y de diciembre a febrero).
Además, deben observarse vientos alisios del este más intensos de lo normal y una respuesta atmosférica acoplada, con menos lluvias en el Pacífico central y mayor actividad convectiva sobre el sudeste asiático. Solo cuando estos elementos coinciden y se sostienen en el tiempo se puede hablar formalmente de La Niña.
No obstante, los especialistas señalan que el sistema de alerta de La Niña y El Niño no depende únicamente de mediciones directas, sino también de modelos climáticos predictivos, lo que introduce márgenes de incertidumbre en la interpretación de los datos.

Señales débiles y pronósticos inciertos
Pese al anuncio oficial, los analistas de Meteored y otros centros internacionales sostienen que las condiciones actuales no son suficientes para confirmar un evento consolidado.
Entre los argumentos mencionados, destacan que las anomalías de TSM por debajo de -0,5 °C son recientes y no persisten por más de cuatro semanas consecutivas. Además, los modelos dinámicos proyectan enfriamientos muy leves, cercanos al umbral, con una vuelta a la neutralidad hacia diciembre.
En tanto, los modelos estadísticos apenas alcanzan los valores mínimos exigidos, y esta sería la primera vez desde marzo que alguno de los pronósticos supera el umbral de La Niña. Entre marzo y agosto, las simulaciones mantuvieron sus resultados dentro del rango neutral, reflejando la alta variabilidad del Pacífico ecuatorial.

Llamado a la prudencia
Los especialistas recuerdan que en enero de 2025 la NOAA también declaró una fase de La Niña, pero debió revertir el anuncio en abril al comprobar que el enfriamiento no persistía.
Si bien la situación actual difiere —el Dipolo del Océano Índico está favoreciendo el enfriamiento en la región del ENSO—, la evidencia todavía es insuficiente para confirmar un fenómeno completo y sostenido.
En conclusión, aunque los indicadores oceánicos y atmosféricos apuntan hacia una fase fría incipiente, los expertos recomiendan prudencia antes de hablar de una nueva La Niña consolidada, hasta que los datos confirmen su persistencia durante los próximos meses.