Fiebre aftosa: alerta sanitaria en Europa por un nuevo brote en Hungría


Un nuevo brote de fiebre aftosa en Hungría ha encendido las alarmas sanitarias en Europa Central, especialmente por su proximidad a la frontera con Eslovaquia. Las autoridades veterinarias del país confirmaron la detección del foco en una granja de ganado vacuno de leche, ubicada a unos 30 kilómetros del brote anterior, lo que genera preocupación por un posible avance transfronterizo de la enfermedad y sus implicancias para la salud animal y el comercio internacional.

Rige la alerta en Europa por la fiebre aftosa

El nuevo episodio ocurre apenas dos semanas después del brote previo, lo que sugiere una posible circulación activa del virus en la región norte del país. Esta situación ya llevó a la activación inmediata de los protocolos de emergencia establecidos por la Unión Europea (UE), en un intento por contener la propagación de esta enfermedad viral altamente contagiosa.

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Según informó el Servicio Veterinario Nacional de Hungría, entre las primeras medidas adoptadas se encuentran el establecimiento de una zona de restricción ampliada para el movimiento de animales, productos de origen animal y vehículos relacionados con la producción ganadera. Asimismo, se procedió a realizar una vacunación supresora del rodeo afectado, como paso previo al sacrificio sanitario de los animales infectados y de aquellos que estuvieron en contacto estrecho con ellos.

La fiebre aftosa es una enfermedad que afecta a rumiantes, particularmente bovinos, ovinos y porcinos. Aunque no representa un riesgo directo para la salud humana, sus consecuencias económicas pueden ser devastadoras, ya que los países donde se detecta suelen enfrentar la suspensión inmediata de exportaciones ganaderas y la pérdida del estatus sanitario internacional. Por esta razón, la situación en Hungría ha generado inquietud no solo a nivel nacional, sino también en países vecinos como Eslovaquia y Austria.

Tanto Eslovaquia como Austria han comenzado a reforzar los controles sanitarios en sus respectivas fronteras, con especial énfasis en las zonas limítrofes. Las autoridades sanitarias están llevando a cabo inspecciones intensivas en establecimientos ganaderos y aplicando medidas de vigilancia epidemiológica para detectar cualquier signo de la enfermedad en forma temprana.

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La Comisión Europea, en tanto, se mantiene en contacto permanente con el gobierno húngaro y evalúa el envío de una misión técnica a la zona afectada. El objetivo sería colaborar en las tareas de contención y evaluar el alcance real de la propagación del virus. En caso de confirmarse una circulación sostenida, Hungría podría perder su estatus como país libre de fiebre aftosa con vacunación, una categoría reconocida por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) que es clave para mantener sus vínculos comerciales con otros países.

Mientras tanto, las autoridades sanitarias húngaras han instado a los productores ganaderos y a los transportistas a extremar las medidas de bioseguridad en los establecimientos rurales. Se solicita especial atención a la detección de síntomas clínicos compatibles con la fiebre aftosa, tales como fiebre elevada, salivación excesiva, lesiones en la boca y las pezuñas, así como caídas repentinas en la producción de leche.

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Este nuevo brote pone de manifiesto la fragilidad de los sistemas sanitarios frente a enfermedades de alto impacto y la necesidad de mantener una vigilancia constante en el movimiento de animales dentro de la Unión Europea. Además, vuelve a poner en agenda la importancia de las estrategias de vacunación, la trazabilidad y la cooperación regional para frenar enfermedades que no conocen fronteras. ¿Podrá Europa contener el avance del virus antes de que se convierta en una amenaza regional de gran escala? Por ahora, la situación sigue en desarrollo y bajo estricta vigilancia.