Entre Ríos: Argentina obtuvo la primera declaración ambiental de un bovino en pie


En un campo ganadero de Entre Ríos, expertos del INTA y el INTI llevaron a cabo un estudio pionero que resultó en la obtención de la primera Declaración Ambiental de Producto (EPD) para un toro. Aunque ya se habían logrado EPD para frigoríficos, esta certificación específica para un animal valida que la producción de dicho toro no solo carece de huella de carbono, sino que también contribuye al secuestro de carbono.

En un contexto global donde la demanda de sustentabilidad por parte de los consumidores va en aumento, las exigencias comerciales imponen nuevos desafíos al sector agropecuario. Esto incluye la necesidad de obtener Declaraciones Ambientales de Producto para demostrar la trazabilidad completa, desde el campo hasta la góndola, y asegurar que la ganadería no solo no contamine, sino que también sea neutral en huella de carbono.

Los consumidores europeos, en particular, muestran una alta demanda ambiental en relación con los alimentos, y su actitud hacia la producción ganadera suele ser crítica. En este contexto, el trabajo llevado a cabo en una estancia en Entre Ríos representa un hito al lograr la primera EPD para un toro, respaldada por un estudio detallado del INTA y el INTI.

toro, Entre Ríos

El estudio, realizado en la estancia San Esteban, abarcó un planteo de ciclo completo en 3.604 hectáreas, incluyendo monte nativo, pasturas implantadas y áreas destinadas a la producción de granos para alimentación animal. El enfoque silvopastoril en la conservación del monte natural sin deforestación en las últimas dos décadas fue destacado como un aspecto clave.

El eco-etiquetado resultante evaluó 10 impactos ambientales, desde la producción hasta la salida del animal en la tranquera, utilizando un ejemplar de la raza Angus. Entre estos impactos, la huella de carbono se destacó, y el estudio concluyó que el sistema ganadero silvopastoril alcanzó una quita de 1,77 kilos de dióxido de carbono equivalente por cada kilo de peso vivo, lo que implica un secuestro neto de carbono.

Este logro se considera uno de los sistemas de certificación más exigentes del mundo, respaldando la sostenibilidad y prestigio de la carne argentina frente a las demandas del mercado internacional. Este enfoque innovador demuestra que es posible no solo reducir, sino también secuestrar carbono en la producción ganadera, proporcionando una respuesta positiva a las expectativas ambientales de los consumidores y las exigencias del mercado internacional.