Dólar hoy: a cuánto llegó este jueves 31 de julio

En una jornada marcada por la tensión cambiaria y la búsqueda de cobertura frente a la incertidumbre económica, el dólar hoy vuelve a ser protagonista este jueves 31 de julio. Las cotizaciones oficiales, financieras y del mercado paralelo experimentaron importantes subas, con el billete en el Banco Nación trepando a un nuevo máximo nominal de $1.380 para la venta. La suba representa un incremento de $55 en lo que va del día, equivalente a un 4,2%.
Cómo se comportó el dólar hoy
Con este salto, el dólar oficial acumula en julio un alza de $165, lo que implica una variación mensual del 13,6%. Se trata de una aceleración significativa respecto de los meses previos y evidencia la presión que enfrenta el tipo de cambio minorista en un contexto de menor ingreso de divisas y fuerte demanda de cobertura en la antesala del segundo semestre, que se anticipa volátil por razones tanto internas como externas.
En el promedio que publica el Banco Central de la República Argentina (BCRA), el dólar minorista electrónico —tomando como base las cotizaciones de los principales bancos— se ubicaba este mediodía en $1.325,63 para la venta, aunque con fuertes variaciones entre entidades. En tanto, en el Banco Nación la cotización presencial escalaba a $1.380, siendo una de las más altas del sistema financiero formal.

Por su parte, en el mercado informal el dólar blue también mostró una tendencia alcista. En las principales cuevas de la City porteña, el billete paralelo se ofrecía en torno a los $1.420, luego de haber tocado picos de hasta $1.430 en la jornada previa. La brecha con el tipo de cambio oficial supera ya el 50%, alimentada por las restricciones cambiarias, las expectativas inflacionarias y la escasez de oferta genuina de divisas.
Los dólares financieros también operan en alza. El dólar MEP se negocia en torno a los $1.385, mientras que el contado con liquidación (CCL) trepa a niveles cercanos a los $1.400, consolidando una tendencia que se viene profundizando desde mediados de mes. El mercado financiero observa con atención la intervención oficial en estos segmentos, que si bien persiste, resulta cada vez más limitada por la menor disponibilidad de herramientas.

Uno de los factores clave que explican esta nueva oleada de presión cambiaria es la caída en la oferta de dólares provenientes del comercio exterior. Si bien las exportaciones agrícolas se mantuvieron activas durante el segundo trimestre, en julio comenzó a evidenciarse una desaceleración en la liquidación, producto de la finalización de la cosecha gruesa y de una expectativa creciente de devaluación, que induce a los exportadores a postergar ventas.
A esto se suma la incertidumbre en torno a las condiciones políticas y económicas del país. Aunque el Gobierno insiste en su compromiso con el equilibrio fiscal y el orden monetario, los analistas advierten que las reservas netas del Banco Central continúan en terreno negativo y que el margen para sostener la estabilidad cambiaria es cada vez más acotado. La reciente aprobación de nuevas asistencias por parte del FMI podría otorgar algo de oxígeno en el corto plazo, pero el panorama estructural sigue siendo complejo.

Mientras tanto, el mercado continúa ajustando sus expectativas de inflación y devaluación para el segundo semestre. Las consultoras privadas proyectan una suba de precios superior al 8% para julio, lo que podría incidir aún más en la búsqueda de refugio en el dólar, tanto en el mercado legal como en el informal.
En este escenario, el Gobierno evalúa medidas para contener la presión sobre los dólares paralelos, entre ellas nuevas restricciones a la operatoria en el segmento bursátil, controles sobre el comercio exterior y eventuales acuerdos con el sector agroexportador. Sin embargo, los analistas advierten que sin una señal contundente en el frente fiscal y financiero, la confianza difícilmente se recupere en el corto plazo.
Así, el dólar vuelve a ser el termómetro más visible de una economía que transita por una etapa de definiciones. Con el inicio de agosto a la vuelta de la esquina, todas las miradas estarán puestas en la reacción del BCRA, en la evolución de las reservas y en la capacidad del Gobierno para estabilizar un mercado que, por ahora, sigue bajo presión.