Estados Unidos: la tierra agrícola bate récords en 2025 pese a caídas regionales
El valor de la tierra agrícola en Indiana volvió a marcar máximos históricos en 2025, según el relevamiento de la Purdue Farmland Value and Cash Rent Survey, elaborado por el Departamento de Economía Agrícola de la Universidad de Purdue. Aunque en algunas regiones del sur del estado se registraron retrocesos, la demanda vinculada a desarrollos inmobiliarios, industriales y recreativos sostuvo la tendencia alcista a nivel general.
El estudio confirma que la tierra agrícola se consolida como un activo estratégico en Estados Unidos, tanto por su capacidad productiva como por su creciente uso alternativo. En este escenario, Indiana se convierte en un termómetro clave para analizar la evolución del mercado rural norteamericano, con valores que superan los 35.000 dólares por hectárea.
Cuánto cuesta una hectárea en Indiana
De acuerdo con el informe, la tierra de mayor calidad alcanzó un promedio de 14.826 dólares por acre, lo que equivale a US$ 35.730,66 por hectárea, marcando una suba del 3% respecto de junio de 2024. La tierra agrícola de calidad media trepó a 12.254 dólares por acre (+5,4%), mientras que la de calidad baja llegó a 9.761 dólares por acre (+7,6%).
Estos números reflejan una tendencia firme, aunque diferenciada según la región. Los analistas destacan que el comportamiento del mercado está vinculado no solo a las condiciones de la producción agrícola, sino también al avance de la urbanización y proyectos industriales que ejercen presión sobre los valores.
Diferencias regionales
El informe muestra un panorama heterogéneo. En el norte y centro de Indiana los valores de la tierra agrícola se mantuvieron firmes, con incrementos moderados que consolidan niveles récord. En cambio, el suroeste y sureste registraron caídas de entre 4,6% y 11,3%, dependiendo del tipo de suelo.
Los especialistas explican que estas zonas habían experimentado los mayores aumentos desde 2020, y que la baja responde a un proceso de corrección tras esos picos. Aun así, el noreste del estado presentó los precios más elevados, con tierras agrícolas de calidad superior que rozaron los 16.000 dólares por acre.
Tierra en transición y recreativa
Un capítulo destacado del estudio es el de la tierra agrícola en transición, aquella que deja de destinarse a la agricultura para convertirse en suelo residencial, comercial o industrial. En 2025, su valor promedio cayó 5,3% hasta los 29.043 dólares por acre.
Sin embargo, la expansión de proyectos como granjas solares, centros de datos y desarrollos urbanos mantiene la presión en zonas estratégicas, incluso en condados vecinos, donde las operaciones bajo la modalidad 1031 exchange sostienen precios elevados.
Por otro lado, la tierra agrícola recreativa, destinada a la caza y actividades rurales de ocio, mostró un fuerte repunte: subió 18% interanual, alcanzando un promedio de 9.542 dólares por acre.
Alquileres rurales y perspectivas
En materia de arrendamientos, los incrementos fueron más moderados. La renta por acre de tierras agrícolas de alta calidad se ubicó en 318 dólares (+1,7%), mientras que la de calidad media y baja subió 1,6% y 1,5%, respectivamente. En el sur del estado, los alquileres rurales siguieron la misma tendencia que los valores de mercado y marcaron retrocesos.
Los especialistas señalan que persisten factores de presión bajista, como los menores ingresos agrícolas, los precios débiles de los granos y las tasas de interés elevadas. No obstante, la expectativa es de optimismo moderado para lo que resta de 2025: se proyecta estabilidad en el norte y centro, y nuevas bajas en el sur.
El rol de la demanda externa
El estudio resalta que la demanda para usos alternativos, en particular los desarrollos inmobiliarios e industriales, es uno de los motores principales que sostienen los precios en Indiana. Este fenómeno se suma al atractivo de la tierra agrícola como activo de inversión de largo plazo, que representa el 83% del patrimonio total del agro estadounidense.
En conclusión, Indiana transita un 2025 de contrastes: mientras alcanza récords históricos en promedio estatal, el sur refleja señales de debilidad. El rumbo del mercado dependerá en gran medida de la evolución de la economía agrícola y de la intensidad de la demanda para proyectos no tradicionales, que ya marcan el pulso de un sector clave para la economía norteamericana.
