Cuenca del Salado: el temporal dejó graves daños en Bolívar y la región
La Cuenca del Salado atraviesa uno de sus períodos más críticos en los últimos años. Las intensas tormentas que se vienen registrando desde el otoño mantienen a buena parte del territorio bajo el agua y continúan generando daños estructurales, sociales y productivos. Urdampilleta y otras localidades del partido de Bolívar fueron las últimas en experimentar un temporal devastador, que dejó nuevamente a la población rural ante situaciones de emergencia.
En esta ocasión, la combinación de lluvias torrenciales, fuertes vientos y caída de granizo provocó consecuencias severas: hogares inundados, edificios educativos dañados, familias evacuadas y miles de hectáreas rurales con graves pérdidas productivas. El impacto no solo se siente en las viviendas y caminos, sino también en la ganadería y la agricultura, motores económicos de la región, que vuelven a quedar comprometidos.
Solidaridad y asistencia urgente
Frente a la magnitud del temporal en la Cuenca del Salado, la Sociedad Rural de Bolívar lanzó un pedido de ayuda abierto a toda la comunidad. La solicitud incluye desde artículos básicos de primera necesidad —agua potable, velas, ropa seca— hasta materiales para reparar estructuras afectadas, como chapas usadas, tirantes y elementos de construcción. La situación evidencia la fragilidad social de muchas familias que viven en el área rural o en pequeños poblados, donde los servicios y la infraestructura son limitados o insuficientes.

En paralelo, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) emitió un comunicado en el que expresó su “profunda solidaridad con las familias, productores y vecinos de Bolívar, Urdampilleta y zonas aledañas”. La entidad remarcó que no hubo víctimas fatales, pero sí “graves pérdidas que afectan la vida cotidiana y la actividad productiva de toda la región”.
Desde CRA aseguraron que se está trabajando de manera coordinada con CARBAP y las rurales locales, a fin de evaluar daños, articular acciones de apoyo y acompañar a los afectados. “En momentos como este, el trabajo conjunto entre entidades gremiales, autoridades locales y organismos de emergencia resulta esencial”, destacó el comunicado.
Las cifras del temporal
Aunque los registros oficiales del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) marcaron 71 milímetros de lluvia en Bolívar, distintos relevamientos locales señalaron acumulados que habrían alcanzado los 200 milímetros en algunas áreas rurales, con ráfagas de viento superiores a 100 kilómetros por hora.

Además, en gran parte del centro bonaerense se observaron valores por encima de los 100 milímetros en 24 horas, una cifra que resulta especialmente problemática en suelos que ya se encontraban saturados. A este temporal se sumaron alertas meteorológicas durante el lunes y el martes, lo que genera preocupación ante la posibilidad de nuevos eventos intensos en los próximos días.
Reclamos y críticas: “La prevención es nula”
El temporal volvió a reavivar un tema que se discute hace años en la región: la falta de planificación hídrica e infraestructura adecuada. Organizaciones rurales, productores y especialistas coinciden en que la situación no puede explicarse solo por lo climático, sino también por la ausencia de obras estructurales y de mantenimiento, tanto a nivel provincial como municipal.

Uno de los reclamos más enfáticos fue el de Pedro Vigneau, expresidente de Aapresid y Maizar, y recientemente funcionario de la Secretaría de Agricultura. Nacido en Bolívar, expresó a través de la red social X: “Anoche un nuevo desastre climático en Bolívar. Esto impacta sobre la nula planificación principalmente provincial y municipal. La prevención es nula. El costo es inmenso. Bronca, impotencia, desolación. Basta de joda señores. ¡Basta!”
El mensaje resume una sensación que se expande entre vecinos y productores: la repetición de los daños producto de un temporal parece evitarse si existiera un plan de manejo de agua y obras de fondo capaces de reducir el impacto de lluvias intensas que, según los especialistas, serán cada vez más frecuentes.
Pasó el temporal pero la emergencia en la Cuenca del Salado continúa y, mientras el clima no dé tregua, la combinación de solidaridad, asistencia rápida y planificación estratégica será clave para evitar que las pérdidas sigan creciendo.
