Soja imparable y trigo en expansión: el campo argentino hacia una campaña histórica

La campaña agrícola 2024/25 en Argentina continúa entregando sorpresas. Mientras la soja consolida una recuperación que pocos anticipaban, el trigo se perfila para protagonizar una siembra que podría quedar en los libros de historia, acercándose al récord de la campaña 1982/83.
Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la producción nacional de soja alcanzaría los 48,5 millones de toneladas, tres millones más que el ciclo anterior. El notable rebote en los rindes, especialmente en la soja de segunda, ha superado las expectativas tanto de productores como de técnicos, marcando un giro positivo en una campaña que comenzó con señales poco alentadoras.
La soja que resurgió de las cenizas
El avance de cosecha de la oleaginosa ya cubre el 66% del área nacional, y en ese proceso comenzaron a evidenciarse rindes destacados en las provincias pampeanas. La soja de segunda, que había sido duramente golpeada por una ola de calor en febrero, mostró una sorprendente capacidad de recuperación. En zonas donde se proyectaban rendimientos de apenas 20 quintales por hectárea, hoy se están cosechando entre 27 y 30 quintales, incluso alcanzando el mismo rendimiento que la soja de primera en regiones como Entre Ríos.

Santa Fe lidera el ranking de rendimiento provincial, con un promedio de 35,4 quintales por hectárea, lo que representa una suba de casi 3 quintales respecto al reporte anterior. Este repunte se explica, en gran parte, por el cambio en el patrón de circulación atmosférica que permitió el ingreso de humedad desde el Atlántico, incluso en un contexto de “Niña” moderada.
Para la BCR, la clave estuvo en el profesionalismo del productor argentino. A pesar del contexto desfavorable, los agricultores no abandonaron los lotes: aplicaron defensivos contra plagas, controlaron malezas e incluso utilizaron promotores de crecimiento. Esta apuesta, que en su momento parecía riesgosa, terminó rindiendo frutos.
Trigo: una siembra que busca romper récords
En paralelo al desempeño de la soja, el trigo se encamina a una siembra histórica. La BCR estima que el área destinada al cereal en la campaña 2024/25 llegará a 7,2 millones de hectáreas, lo que implicaría un aumento de 300.000 hectáreas respecto al año pasado. Si se concreta, será la mayor superficie de siembra de los últimos 30 años, y bordeará el récord de 7,4 millones de hectáreas alcanzado en 1982/83.

Detrás de esta proyección optimista se encuentra una fuerte recuperación de las reservas hídricas entre febrero y abril. El escenario de humedad en los perfiles del suelo es incluso mejor que el de mayo de 2021, año en que se logró una cosecha récord de 23 millones de toneladas. Además, se espera un régimen de lluvias normal o superior a lo normal hasta octubre/noviembre, lo que favorecería el desarrollo del cultivo.
Un factor clave que impulsa la intención de siembra es la baja en el precio de la urea, un insumo central para la nutrición del trigo. Sin embargo, los márgenes siguen siendo ajustados, especialmente en campos alquilados, donde los rindes de indiferencia son altos. Por eso, la campaña triguera exigirá una apuesta firme en tecnología y manejo agronómico eficiente.

El maíz, en segundo plano pero en carrera
Mientras tanto, el maíz avanza a paso más lento. Con un 38% del área ya cosechada, el cereal presenta un rendimiento promedio nacional de 69,2 qq/ha y una proyección de producción total de 48,5 millones de toneladas. Las siembras tempranas siguen mostrando rendimientos por debajo de la media, pero se espera una mejora con los maíces tardíos en ciertas zonas.

La campaña actual demuestra la capacidad de resiliencia del agro argentino. En un contexto de incertidumbre climática y económica, los cultivos han sorprendido favorablemente y el horizonte se presenta con nuevas oportunidades. La soja dejó atrás los pronósticos más pesimistas, y el trigo, empujado por condiciones hídricas favorables, apunta a un protagonismo renovado. El campo, una vez más, da muestras de su vitalidad y empuje.