Senasa creó el Registro Nacional de Productos Fitosanitarios para agilizar el comercio de agroquímicos


El Gobierno nacional, a través de Senasa oficializó la creación del nuevo Registro Nacional de Productos Fitosanitarios, una herramienta que busca modernizar y simplificar la regulación del mercado de agroquímicos en Argentina. La medida fue formalizada mediante la Resolución 458/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), publicada el viernes pasado en el Boletín Oficial.

Este nuevo marco normativo tiene como objetivo principal agilizar los procedimientos administrativos vinculados a la inscripción, autorización, importación, etiquetado y control de productos fitosanitarios. La iniciativa forma parte de un proceso más amplio de desregulación impulsado por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, a cargo de Federico Sturzenegger.

“El nuevo registro facilita el comercio de agroquímicos, reduce trámites y acorta plazos”, destacó Sturzenegger. Y agregó que esta desregulación “apunta a bajar los márgenes de comercialización y convertir a la Argentina en un país más amigable para la innovación”.

Cambios claves en el registro y control de Senasa sobre los fitosanitarios

Una de las principales novedades de la resolución es que todos los productos ya inscriptos en los registros actuales serán incorporados automáticamente al nuevo sistema, eliminando la necesidad de reinscripción. Además, se establece que los nuevos productos y elaboradores podrán registrarse mediante una simple Declaración Jurada, que quedará sujeta a fiscalización técnica posterior por parte del Senasa.

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El nuevo esquema también contempla la posibilidad de autorizar en forma simplificada aquellos productos fitosanitarios que provengan de países con regulaciones equivalentes y que ya tengan antecedentes de uso o comercialización en la Argentina. Para aquellos productos completamente nuevos, se crea un procedimiento transitorio con plazos claros y control técnico específico.

Otro punto destacado es la incorporación del Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA/GHS) de las Naciones Unidas. Este sistema permite una mejor comunicación sobre los riesgos para la salud humana y el ambiente, elevando así los estándares de seguridad para aplicadores, trabajadores rurales y consumidores.

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Plazos acotados y mayor previsibilidad

Uno de los ejes de la reforma es el acortamiento de los plazos administrativos. A partir de ahora, las autorizaciones para realizar ensayos a campo deberán resolverse en un máximo de 30 días, mientras que el proceso completo de registro de un producto no podrá exceder los 180 días.

Además, la resolución redefine los criterios de equivalencia internacional para productos ya autorizados en otros mercados, y actualiza los requerimientos técnicos, incorporando información toxicológica y ecotoxicológica reciente.

En cuanto al etiquetado, la norma establece plazos de adecuación para cumplir con el nuevo sistema armonizado, al tiempo que otorga validez indefinida a los registros, los cuales solo podrán ser cancelados por riesgo comprobado para la salud o el ambiente, o por incumplimientos normativos.

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Desburocratización y marco unificado

Para dar coherencia al nuevo sistema y evitar superposiciones, la resolución abroga más de una docena de normas previas que regulaban por separado distintas partes del proceso. De esta manera, se unifica todo el marco regulatorio en una sola normativa integral, más clara y funcional.

La medida, que entrará en vigencia dentro de 90 días, fue celebrada por distintos actores de la industria agroquímica, que ven en la nueva resolución una señal positiva para agilizar inversiones, innovar en nuevos productos y reducir costos burocráticos. En paralelo, desde el Gobierno remarcan que los controles seguirán vigentes, pero con un enfoque más técnico y menos administrativo.

Con este paso, el Gobierno busca posicionar al país como un actor competitivo y moderno en el comercio global de insumos agrícolas, sin resignar estándares de seguridad ni controles técnicos. La clave, aseguran, estará en la implementación eficaz y el monitoreo de cumplimiento de las nuevas normas.