Reestructuración en el INTA 2025: los cambios que dispuso el gobierno


El Gobierno nacional oficializó este jueves una profunda reorganización en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), uno de los organismos técnicos más relevantes del país en materia de investigación y extensión rural. A través del Decreto 466/2025, publicado en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo designó al ingeniero agrónomo Nicolás Bronzovich como nuevo presidente del organismo, con rango y jerarquía de Secretario de Estado. Además, se confirmó el nombramiento de la ingeniera agrónoma María Beatriz Giraudo Gaviglio como consejera técnica, en carácter ad honorem.

Cómo queda el INTA con la reestructuración del gobierno

Las nuevas autoridades asumirán en el marco de un cambio estructural sin precedentes para el INTA, que desde esta semana dejó de ser un organismo autárquico descentralizado y pasó a ser un organismo desconcentrado dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía. Esta transformación fue establecida por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 462/2025 y representa un giro sustancial en la historia institucional del organismo creado por ley en 1956.

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El DNU dispone la supresión de la autonomía administrativa y financiera del INTA, la eliminación de su capacidad de designar personal de manera directa, y el traspaso del control presupuestario al Ejecutivo nacional. En la práctica, esto implica que el organismo ya no podrá gestionar sus propios recursos ni tomar decisiones estratégicas sin la supervisión directa del Ministerio de Economía.

La designación de Bronzovich, quien ocupará un rol con jerarquía similar al de un secretario de Estado, es leída como un intento del Gobierno de revalorizar el rol técnico del INTA dentro de una estructura más centralizada. Con una reconocida trayectoria en el ámbito agropecuario, Bronzovich llega a la presidencia del organismo en un contexto marcado por la necesidad de mostrar eficiencia en el uso de los recursos públicos, pero también por las críticas desde distintos sectores del campo y la comunidad científica, que ven con preocupación la pérdida de autonomía del instituto.

En paralelo, la incorporación de Giraudo, excoordinadora de Políticas para el Desarrollo Sustentable del Ministerio de Agricultura y referente de Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa), busca fortalecer el vínculo del INTA con el sector productivo. Su rol como consejera técnica será ad honorem, en línea con el criterio de austeridad que impulsa la actual gestión nacional.

INTA, reestructuración

Las nuevas autoridades tienen el desafío de sostener y proyectar el trabajo del INTA en un escenario de restricciones presupuestarias y redefinición institucional. El organismo cuenta con más de 350 unidades distribuidas en todo el país, incluyendo centros regionales, estaciones experimentales y agencias de extensión rural. Su trabajo ha sido clave durante décadas para el desarrollo tecnológico del sector agropecuario, especialmente en lo que refiere a variedades adaptadas, prácticas conservacionistas, tecnologías de procesos y articulación con productores.

En este nuevo esquema, muchos se preguntan si el INTA podrá mantener su rol protagónico en la investigación aplicada, o si su conversión en una oficina técnica subordinada a la política económica lo alejará de su espíritu fundacional. Las voces críticas advierten que la eliminación de su independencia podría limitar su capacidad de generar conocimiento científico confiable y adaptado a las necesidades del productor.

No obstante, desde el Gobierno aseguran que los cambios buscan una mayor eficiencia y un alineamiento de los organismos técnicos con las metas de crecimiento económico y equilibrio fiscal. “El INTA tiene que acompañar los desafíos del siglo XXI, sin estructuras obsoletas ni gastos innecesarios”, señalan fuentes oficiales.

INTA, reestructuración

El decreto fue firmado por el presidente Javier Milei y por el ministro de Economía, Luis Caputo, en sintonía con el plan de reordenamiento del Estado que impulsa el Ejecutivo desde el inicio de su gestión. Ahora, con Bronzovich al frente y Giraudo en el equipo asesor, el INTA inicia una nueva etapa, con más incógnitas que certezas, y con la necesidad de demostrar que, aún con menos autonomía, puede seguir siendo un pilar del desarrollo agropecuario argentino.