La raza Bazadaise: una joya de la ganadería que renació de las cenizas con carne de excelencia

Originaria del sudoeste de Francia, la raza de ganadería Bazadaise combina historia, rusticidad y una calidad cárnica excepcional que la posiciona hoy entre las razas más valoradas para la producción de carne premium. Su trayectoria, marcada por siglos de adaptación al trabajo rural y una recuperación casi milagrosa en el siglo XX, refleja tanto la resiliencia del animal como la tenacidad de los ganaderos que apostaron por su supervivencia.
La cuna de la Bazadaise es el antiguo distrito de Bazas, cerca de Burdeos, en la región de la Gironda. Allí, en un territorio atravesado por tradiciones rurales y una gastronomía de renombre, esta raza supo desarrollarse con gran homogeneidad. Aunque existen varias teorías sobre su origen —desde una raíz romana, pasando por una influencia morisca, hasta un cruce ancestral entre el bovino ibérico y el de Aquitania—, lo cierto es que ya en la Edad Media se hablaba de su existencia en el “Bazadais”, y muchos consideran que se trata de una de las razas más antiguas del sur francés.
El renacer de la raza Bazadaise para conquista la ganadería
Durante siglos, la Bazadaise fue utilizada como animal de tiro, debido a su fuerza, resistencia y temperamento dócil. Sin embargo, con la mecanización del campo tras la Segunda Guerra Mundial, su rol perdió relevancia y la raza enfrentó una drástica caída: hacia los años 70 quedaban apenas 700 ejemplares registrados. Fue entonces cuando se lanzó un plan de recuperación, con programas de gestión genética, inseminación artificial y control racial, que permitieron revertir la tendencia. Hoy, más de 160 explotaciones ganaderas concentran unas 3.300 hembras registradas, principalmente en la región de Aquitania y el Midi-Pyrénées, aunque su presencia crece también en otras zonas y países.

Uno de los pilares de la Bazadaise es su extraordinaria rusticidad. Adaptada a suelos pobres y forrajes bastos, puede pastar en zonas montañosas de hasta 2.400 metros de altitud y presenta una notable resistencia natural al frío, al calor, a las garrapatas y a las moscas. Además, es una excelente madre: el 70 % de las vacas tienen un intervalo entre partos inferior a 380 días, los terneros nacen con bajo peso (entre 35 y 42 kg), lo que facilita el parto, y el desarrollo muscular se hace evidente en las primeras semanas de vida.
Físicamente, la Bazadaise se caracteriza por su elegancia y porte armónico. Su capa gris varía en intensidad según el sexo y la edad; los toros presentan tonos más oscuros, mientras que las hembras y terneros tienen colores más claros. La cabeza es ancha, con ojos expresivos, morro rosado y cuernos en forma de medialuna. El cuerpo musculoso y la osamenta fina resultan ideales para la producción de carne: los rendimientos en faena varían del 63 al 67 % en novillos y toros jóvenes, y alcanzan entre 60 y 65 % incluso en vacas de descarte.

Su carne, reconocida por su bajo tenor graso, excelente marmoleado y sabor delicado, le valió en 1997 la codiciada etiqueta “Label Rouge” en Francia. Esto la posicionó como una alternativa de alta gama tanto en producciones puras como cruzadas. De hecho, el uso de toros Bazadaise en rodeos lecheros —especialmente con vacas Holstein— genera terneros muy valorizados en el mercado, tanto por sus cualidades carniceras como por su rusticidad.

Bazadaise en Argentina
En Argentina, la raza Bazadaise tuvo un ingreso reciente pero prometedor. Pequeños rodeos comenzaron a desarrollarse en las provincias de Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, sobre todo en establecimientos ganaderos que buscan alternativas para mejorar la calidad de la res y aumentar la eficiencia en sistemas pastoriles. Se utiliza principalmente en cruzamientos terminales sobre vacas lecheras o de razas británicas, logrando novillos con excelente rendimiento en gancho y una carne de alta aceptación por su terneza y sabor.

El potencial de la Bazadaise en el país también está ligado a su rusticidad y bajo requerimiento de manejo sanitario, lo que la convierte en una opción interesante para zonas con estrés térmico o escasa calidad forrajera. En un contexto de búsqueda de eficiencia y valor agregado en carne, esta raza francesa asoma como una herramienta valiosa para diversificar los sistemas productivos argentinos y apuntar a nichos de mercado gourmet, tanto en consumo interno como en exportación.