¿Qué pasará con las retenciones y el precio de la soja?


A pocos días del vencimiento del esquema transitorio de reducción de retenciones, el mercado agroexportador argentino sigue con atención cada señal oficial que pueda anticipar qué rumbo tomará el Gobierno con respecto a los derechos de exportación. En particular, el 1° de julio marca una fecha decisiva: de no mediar nuevas prórrogas, volverían a regir las alícuotas anteriores, lo que afectaría directamente la rentabilidad de la próxima campaña.

El campo espera en vilo la decisión de la baja de retenciones

En este contexto de incertidumbre, los precios actuales de los granos están revelando algunas pistas. Un análisis de fyo (Forward y Operaciones) muestra que los valores de la soja para la posición noviembre se ubican hoy en torno al 75% del valor de la soja en Chicago, una relación que se alinea con una retención del 33%, el nivel vigente antes de la rebaja temporal. “Si se lleva esa relación a los promedios históricos del 72%, aún quedaría por descontar una baja de hasta 10 dólares por tonelada”, indican.

En cambio, los valores de la soja con entrega en mayo de 2026 reflejan una relación con el mercado internacional del 71,7%, lo que parecería más consistente con retenciones actuales del 26,5%. Esta diferencia sugiere que el mercado todavía apuesta —al menos parcialmente— a una baja futura de las alícuotas, especialmente si mejora el panorama fiscal y económico del país.

Retenciones, soja,

El maíz y el trigo, con alícuotas menores y menor peso en la recaudación, también están en el foco de los analistas. Según fyo, una eventual suba en los derechos de exportación del maíz apenas implicaría una baja de 5 dólares por tonelada en la capacidad de pago teórica. Y si se diera una eliminación total de retenciones, como en tiempos del gobierno de Mauricio Macri, el precio podría aumentar hasta 15 dólares por tonelada. Por eso, muchos consideran que estos cultivos podrían ser los primeros beneficiados en caso de una flexibilización impositiva.

Mientras tanto, la estrategia de los exportadores se centra en aprovechar las condiciones actuales. Hasta el 30 de junio pueden seguir registrando Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) con embarques diferidos. Sin embargo, para beneficiarse de la alícuota reducida, deben ingresar el 95% de las divisas dentro de los 15 días posteriores a la presentación de la DJVE. Este esquema genera tensiones financieras para los operadores, ya que deben anticipar dólares, cubrirse con instrumentos Dollar-Linked o asumir riesgos en el mercado financiero local.

Retenciones, soja,

En este escenario, las decisiones del Ministerio de Economía son observadas con lupa. Aunque se baraja la posibilidad de mantener la baja para el maíz, en el caso de la soja todo indica que se volvería al 33%. La soja representa una fuente central de divisas y recaudación para el Estado, lo que explica la reticencia oficial a una baja permanente.

Pero el mercado no descarta que, más adelante, el Gobierno vuelva a flexibilizar el esquema. “Si se aplicara una reducción del 20% sobre los niveles actuales, la alícuota de la soja caería al 21%, lo que podría provocar una suba de hasta 25 dólares por tonelada”, proyectan desde fyo.

exportacion, retenciones, liquidación, agro, Córdoba, Martín Llaryora, retenciones, exportaciones, Soja, molienda, campaña, retenciones, Afip, campo, maíz, Argentina, exportador, crédito

David Miazzo, economista agropecuario y fundador de Data Miazzo, brindó recientemente una evaluación sobre el dilema fiscal del Gobierno y los incentivos para sostener la rebaja de retenciones. “Reducir las retenciones mejora la competitividad, pero también implica resignar ingresos fiscales en un contexto de ajuste”, advirtió. Según Miazzo, el margen para mantener los derechos reducidos dependerá de cómo evolucionen las cuentas públicas, la inflación y la estabilidad del tipo de cambio.

En definitiva, el mercado ya está incorporando la probabilidad de una suba en las alícuotas, al menos en el corto plazo. Pero también deja espacio para correcciones a futuro si las condiciones macroeconómicas lo permiten. Mientras tanto, los productores y exportadores se mantienen expectantes, en un juego de estrategias que define buena parte de la campaña 2025/26.