La Pampa: las heladas tempranas generan incertidumbre para los cultivos
Mientras la soja cierra en La Pampa su mejor campaña de los últimos cuatro años, las heladas tempranas registradas a fines de mayo sumaron preocupación para otros cultivos como el maíz, el maní y el sorgo, especialmente en las zonas productivas del norte provincial. La Bolsa de Cereales de Córdoba, que monitorea la situación en esta región, difundió un informe en el que advierte un recorte en las proyecciones de rendimiento para estos cultivos tardíos.
Las heladas y las primeras dificultades para la agricultura en La Pampa
Según el relevamiento, la soja fue el único cultivo que presentó una leve mejora en los rindes ponderados en comparación con las estimaciones de principios de mayo. El promedio en toda la provincia se ubica entre 17 quintales por hectárea (qq/ha) en el departamento Capital y hasta 35 qq/ha en Maracó, una de las zonas más productivas. Esta mejora se debe a una mejor adaptación del cultivo a las condiciones climáticas adversas, especialmente durante el ciclo final de desarrollo.
Sin embargo, el panorama no es tan alentador para el resto de los cultivos estivales. El maíz, el maní y el sorgo registraron un impacto negativo considerable debido a una campaña marcada por la escasez de lluvias durante la siembra, las altas temperaturas de enero y, en las últimas semanas, la irrupción de heladas anticipadas que afectaron los cultivos en pie. “La campaña estuvo atravesada por una combinación de escasez de lluvias al comienzo, altas temperaturas en enero y heladas tempranas, que sumaron estrés térmico a los cultivos”, explica el informe de la Bolsa.
En el caso del maíz, el impacto es heterogéneo. En el departamento de Chapaleufú se proyectan los rindes más altos, con promedios de 71,4 qq/ha, mientras que en Rancul, al norte de la provincia, se registran los valores más bajos, con apenas 25 qq/ha. La disparidad responde al momento del ciclo en que se encontraba el cultivo al momento de la helada, así como a las diferencias edáficas y de manejo entre las regiones.
El maní, por su parte, ya se encontraba en fase de cosecha, con los lotes arrancados en buena parte del este provincial. Las mejores cifras se reportaron en la zona de Intendente Alvear, con promedios cercanos a los 31 qq/ha en grano limpio y seco. No obstante, los técnicos advierten que la calidad del grano puede haberse visto afectada por la exposición al frío una vez arrancado, ya que las heladas impactaron directamente sobre el material vegetal sin protección.
En el cultivo de sorgo, el efecto de las bajas temperaturas fue aún más severo. En localidades como Embajador Martini se reportaron pérdidas totales de lotes, especialmente en los sembrados más tardíamente, que no alcanzaron a completar su ciclo antes de las heladas.
El contexto climático general para esta campaña muestra un déficit de lluvias significativo en mayo, lo que permitió acelerar la cosecha, pero no favoreció la recuperación de los cultivos que aún estaban en pie. En tanto, el pronóstico climático del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para el trimestre junio-agosto anticipa una mayor probabilidad de temperaturas superiores a lo normal, lo que podría contribuir a estabilizar algunas condiciones, pero sin compensar completamente el daño ya producido.
A pesar de las desmejoras, desde la Bolsa de Cereales señalan que, en términos generales, la mayoría de los cultivos en La Pampa cerrará con volúmenes que se ubican por encima del promedio histórico. Sin embargo, el impacto del clima vuelve a poner en primer plano la necesidad de estrategias de manejo más flexibles y tecnología adaptativa para enfrentar los cada vez más frecuentes eventos climáticos extremos.
En ese sentido, los productores pampeanos se enfrentan al doble desafío de aprovechar las oportunidades de una buena campaña para la soja, mientras lidian con la incertidumbre en otros cultivos clave que aún dependen del desenlace de las próximas semanas.
