¿Vuelve La Niña? Crecen las alertas en el clima por un posible regreso en 2025


El fenómeno del clima conocido como La Niña podría reaparecer en Sudamérica a finales de 2025, según alertó un reciente informe del Climate Prediction Center (CPC) de Estados Unidos. Aunque por ahora prevalecen condiciones neutras en el océano Pacífico, los modelos climáticos comienzan a mostrar signos de enfriamiento que podrían anticipar el regreso de esta fase fría del ciclo ENSO (El Niño–Oscilación del Sur), con impactos potenciales sobre el régimen de lluvias y temperaturas en Argentina.

El informe, publicado en mayo, estima un 41% de probabilidad de que La Niña se manifieste entre noviembre de 2025 y enero de 2026, lo que genera inquietud en sectores productivos sensibles al clima, especialmente el agro. Si bien por ahora el invierno y la primavera se proyectan con un escenario neutral, la tendencia a largo plazo muestra una posible transición hacia condiciones más frías en el océano Pacífico ecuatorial.

Qué es La Niña y cómo afecta a Argentina

La Niña se caracteriza por el enfriamiento anómalo de las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial. Este fenómeno altera los patrones de circulación atmosférica y, por lo tanto, modifica las precipitaciones y las temperaturas en distintas partes del mundo. En el caso de Argentina, puede provocar sequías severas en la región pampeana y el Litoral, además de afectar la frecuencia y distribución de las lluvias en otras zonas del país.

El meteorólogo Ignacio Amorín, en diálogo con Agrofy News Live, explicó: “Por ahora estamos en condiciones neutrales, pero lo que empiezan a mostrar los modelos internacionales es un leve enfriamiento. Todavía no hablamos de La Niña como tal, pero es un fenómeno que hay que seguir muy de cerca, sobre todo de cara a la primavera”.

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Un antecedente preocupante

El recuerdo más cercano de La Niña sigue fresco en el sector agroindustrial. Entre 2020 y 2022, el fenómeno se mantuvo activo durante tres ciclos consecutivos, dejando como saldo una de las sequías más prolongadas de las últimas seis décadas. Las consecuencias fueron devastadoras para la economía argentina, cuya balanza comercial depende fuertemente de las exportaciones agroindustriales.

Según un informe de la Fundación Fundar, la sequía provocada por La Niña generó pérdidas millonarias, afectando la producción de cultivos clave como la soja, el maíz y el trigo. La Bolsa de Comercio de Rosario estimó que la campaña 2022/23 de soja apenas alcanzó los 20 millones de toneladas, una caída del 54% respecto al ciclo anterior y el nivel más bajo desde 1999.

Este tipo de eventos no solo golpean al campo, sino que también impactan sobre las cuentas públicas, los ingresos fiscales y la disponibilidad de divisas, en un país que ya enfrenta múltiples desafíos económicos.

Qué dicen los pronósticos

Actualmente, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), de la cual depende el CPC, pronostica una continuidad de las condiciones neutras durante el invierno y parte de la primavera. Sin embargo, para el trimestre noviembre-enero, las probabilidades de que emerja La Niña superan el 40%, mientras que el fenómeno opuesto, El Niño, aparece como poco probable, con una chance menor al 15%.

“La clave será observar cómo evoluciona la temperatura del Pacífico durante el invierno. Si se consolida el enfriamiento, es probable que empecemos a ver señales más claras de un nuevo evento de La Niña en primavera o verano”, agregó Amorín.

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Frente a este escenario, el sector agropecuario ya comienza a tomar precauciones. Las decisiones de siembra, fertilización y manejo del agua podrían verse ajustadas para anticipar un ciclo climático más riguroso. Los productores saben que, en una economía tan dependiente del campo como la argentina, cada anomalía climática representa un riesgo sistémico.

La eventual reaparición de La Niña no es una certeza, pero sí una posibilidad con antecedentes muy recientes. La vigilancia climática y la planificación estratégica serán claves para mitigar sus efectos, si finalmente se concreta su regreso.