La “motosierra” de Javier Milei llega al Banco Nación: cerrarán 60 sucursales

En línea con el ajuste fiscal que impulsa el gobierno de Javier Milei, el Banco Nación anunció el cierre de 60 sucursales en todo el país, en el marco de su Plan Estratégico 2024-2027, que busca recuperar los niveles de eficiencia y presencia territorial del año 2015. Con esta medida y otras reestructuraciones internas, la entidad estatal proyecta un ahorro superior a los $1.000 millones en lo que resta del año.
Los detalles de la decisión de Javier Milei sobre el Banco Nación
La decisión fue comunicada oficialmente por el directorio de la entidad, que preside Daniel Tillard, y representa uno de los movimientos más contundentes dentro del sistema financiero en lo que va del año. Según explicó el banco, la reorganización de su red de atención incluye el cierre definitivo de sucursales, la transformación de centros PyME y una redistribución de las gerencias zonales, lo que permitirá “un uso más eficiente de los recursos”.
De esta manera, la red del Nación pasará de 769 a 709 sucursales, con un ahorro inmediato de $139 millones mensuales. Proyectado hasta fin de año, ese recorte alcanzará los $836 millones. La entidad también informó que está transformando 45 Centros de Atención PyME, que dejarán de funcionar como puntos fijos para pasar a un esquema de atención itinerante. Con este nuevo modelo, en lugar de recibir a los clientes, los equipos del banco los visitarán directamente. Este “cambio de paradigma”, según lo definió el banco, permitirá un ahorro adicional de $30 millones mensuales en alquileres, que alcanzaría los $180 millones hacia fin de año.

A esto se suma la reestructuración de las Gerencias Zonales, que pasaron de 33 a 29, tomando como referencia la segmentación económica establecida por el INDEC. Con esta modificación, el Banco Nación apunta a una distribución “más equitativa” de su estructura administrativa en el territorio nacional.
Desde la conducción de la entidad remarcaron que el objetivo de todas estas medidas es “mantener y ratificar el liderazgo del Banco Nación en el sistema financiero”, al tiempo que se busca ganar competitividad frente al sector privado, mejorar los indicadores de eficiencia y avanzar en una transformación tecnológica. “A través de su plan estratégico plurianual, el banco enfrenta los desafíos de la competencia y mejora la eficiencia y transparencia en su funcionamiento”, remarcaron.

El ajuste del Nación se da en sintonía con la estrategia de reducción del gasto público impulsada por el gobierno de Javier Milei, quien ya había adelantado su intención de reestructurar los bancos públicos, reducir su tamaño y limitar su intervención en la economía. En este sentido, desde el entorno presidencial destacaron que estas medidas buscan “acompañar la promesa de inflación cero”, junto con “la expansión del crédito” y una eventual “transformación del banco en una sociedad anónima”, aunque esto último aún no ha sido formalizado a nivel legislativo.
El cierre de sucursales no fue bien recibido por todos los sectores. Desde algunas entidades gremiales ya se anticiparon reclamos por posibles despidos y pérdida de cobertura bancaria en zonas alejadas. También hay inquietud entre las pymes, que advierten que la atención personalizada es clave para el financiamiento en economías regionales.

Pese a estas advertencias, en el Gobierno aseguran que el rediseño responde a criterios de eficiencia y modernización. “Hay que dejar de hacer las cosas como en el siglo XX. El banco debe ser competitivo y sustentable”, señalaron fuentes cercanas al directorio.
Con este plan de recorte y reorganización, el Banco Nación se convierte en uno de los primeros grandes organismos estatales en aplicar de manera concreta el ideario de austeridad fiscal del gobierno de La Libertad Avanza. Las próximas semanas serán clave para observar el impacto de estas decisiones sobre el funcionamiento de la entidad y, sobre todo, en la relación con sus clientes y empleados.