Inundaciones en Buenos Aires 2025: avanzan los análisis de daños en el campo

Luego de un fin de semana que quedará grabado en la memoria de Buenos Aires por las inundaciones, las aguas empezaron a retirarse y dejaron al descubierto la magnitud del desastre. Entre la tarde del viernes y la madrugada del sábado cayeron entre 250 y 400 mm —la mitad de la lluvia promedio de todo un año— sobre 21 distritos del norte provincial. El saldo provisorio: casi 7.000 personas desplazadas, caminos anegados, cultivos bajo agua, silobolsas destruidos y mortandad de animales.
Según el Ministerio de Seguridad de la provincia, hacia la mañana del domingo permanecían alojadas 2.917 personas en centros de evacuación de Arrecifes, Salto, San Antonio de Areco, Campana y Zárate; otras 4.000 habían abandonado sus casas por cuenta propia. El panorama en los cascos urbanos es desolador: viviendas con pérdidas totales, vehículos inutilizados, postes caídos y servicio eléctrico interrumpido en varios barrios.
Para agilizar la asistencia tras las inundaciones, la cartera que conduce Javier Alonso desplegó 216 efectivos adicionales, 65 móviles terrestres, 26 embarcaciones, un helicóptero y equipos de iluminación. Defensa Civil y 99 bomberos voluntarios colaboran con rescates y distribución de víveres.

El campo y las inundaciones, entre barro y silencio
Mientras los cascos urbanos recuperan lentamente la normalidad tras las inundaciones, la pregunta que sobrevuela la pampa húmeda es cuánto perderá el agro. Ingenieros del INTA y referentes de las sociedades rurales coinciden en que el relevamiento demandará días: hay caminos convertidos en lodazales y potreros que permanecen bajo un metro de agua.
Las primeras imágenes satelitales confirman pérdidas millonarias: rollos de soja y maíz recién cosechados flotando, bolsas plásticas rasgadas y hacienda aislada. La buena noticia, dentro del desastre, es que la mayoría de los lotes de verano ya estaba trillada, porque la región suele sembrar temprano. Distinto es el golpe para la ganadería: numerosos terneros recién nacidos no pudieron ser rescatados.
“Todavía no podemos cuantificar; primero hay que acceder a los establecimientos luego de las inundaciones”, explicó un técnico de Aapresid en Rojas. “Los accesos rurales quedaron destrozados y eso demorará la entrada de maquinaria para arreglar silos o recoger animales muertos”.

Operativo reconstrucción
Con el agua en retroceso, la administración de Axel Kicillof activó la “fase 2” del plan de emergencia. Desarrollo de la Comunidad montó la Mesa de Respuesta Comunitaria, que ya despachó colchones, frazadas, kits de limpieza y alimentos. Salud reforzó la zona con ambulancias 4×4 y personal para prevenir brotes de leptospirosis o gastroenteritis. Infraestructura envió retroexcavadoras y camiones volcadores para despejar rutas provinciales y cunetas.
La empresa estatal ABSA reparte bidones de agua y opera motobombas para acelerar el escurrimiento en los cascos urbanos. En paralelo, el Ministerio de Ambiente distribuye equipos de poda y generadores eléctricos para restablecer alumbrado público.
Desde el viernes, la Armada Argentina se sumó al operativo. El Área Naval Fluvial desplegó el buque multipropósito ARA Ciudad de Zárate, dos lanchas Guardian y dotaciones del Batallón de Infantería de Marina 3. Además, el Estado Mayor Conjunto activó el Comando de Zona de Emergencia “Buenos Aires Norte”. El contraalmirante Daniel Finardi coordina tres fuerzas armadas para evacuar pobladores de los barrios San Cayetano (Campana) y Villa Florida (Zárate). Los marinos disponen de camiones, ambulancias y botes neumáticos con capacidad para 20 personas cada uno.

Especialistas en climatología advierten que fue el evento más intenso desde el temporal de 2017. “La combinación de suelos saturados tras El Niño y un frente de aire tropical generó lluvias torrenciales sin capacidad de drenaje”, resumió un investigador del Servicio Meteorológico Nacional.
Ahora la atención se centra en la rehabilitación productiva. La Mesa de Enlace pidió acelerar líneas de crédito blandas y prorrogar impuestos. El Banco Provincia anunció que reabrirá la línea Emergencia Agro con tasa subsidiada. En tanto, el ministro de Economía, Pablo López, adelantó que la provincia solicitará la declaración de desastre y emergencia agropecuaria ante la Nación.
Mientras las cuadrillas retiran escombros y los productores hacen números, queda una lección urgente: reforzar infraestructuras hídricas. Vialidad provincial ya planifica la limpieza de canales y la elevación de alcantarillas en la cuenca del río Arrecifes, epicentro de los desbordes. Pero la obra pública lleva tiempo; el clima, en cambio, no espera. La próxima tormenta puede llegar en semanas.
Por ahora, el norte bonaerense pone manos a la obra para que la vida —y la producción— vuelvan a fluir, esta vez sin tanta agua de por medio.