Ganadería: la suplementación líquida en vacas gestantes mejora los rindes

Un informe reciente sobre ganadería del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) San Luis ofrece nuevas evidencias sobre el impacto positivo de la suplementación líquida en vacas gestantes, particularmente en sistemas pastoriles extensivos del semiárido argentino. La investigación, realizada en distintos puntos de la provincia, demuestra que una nutrición adecuada durante la gestación no solo mejora la condición de las madres, sino que también influye directamente en la calidad de la carne producida.
La nutrición materna en ganadería durante el embarazo bovino juega un rol clave en el desarrollo del ternero. Según los especialistas del INTA, un balance nutricional deficiente puede limitar la formación de fibras musculares y adipocitos, lo que repercute negativamente en el crecimiento del animal y en atributos clave como el marmoleo (distribución de grasa intramuscular), muy valorado en los mercados cárnicos de alta calidad. Por el contrario, una alimentación adecuada favorece el desarrollo de una carne más sabrosa, tierna y con mejor presentación.
Alternativa eficiente para la ganadería en invierno
En regiones de ganadería como San Luis, donde el invierno se caracteriza por la escasez de forraje de buena calidad, la suplementación líquida aparece como una solución eficaz. “El invierno puede presentar desafíos significativos debido a la escasez de pasturas de calidad, y la suplementación líquida se presenta como una alternativa prometedora para mejorar la eficiencia digestiva y el bienestar de las vacas gestantes en estas condiciones adversas”, explicó María Laura Guzmán, investigadora de INTA San Luis y una de las autoras del estudio.
El trabajo comparó dos estrategias de alimentación en vacas de raza Aberdeen Angus durante los últimos 40 días de gestación: una basada en sal proteica (suplementación sólida, 200 g por animal) y otra con un suplemento líquido proteico comercial llamado Nutriliq 1040 (780 g por vaca).

Resultados positivos en eficiencia y condición corporal
Uno de los beneficios más destacados de la suplementación líquida en la ganadería fue su facilidad de distribución mediante lamedores, que permitió un consumo más uniforme y redujo la necesidad de intervención diaria. Aunque al inicio se permitió un consumo libre para facilitar la adaptación, luego se observó una autorregulación por parte de los animales, lo que facilitó un control más preciso del suplemento.
En términos productivos, el estudio no registró diferencias significativas en el peso vivo de las vacas durante la mayor parte de la gestación. Sin embargo, hacia el final del período evaluado, las vacas suplementadas con el producto líquido mostraron una mejor condición corporal, indicador que refleja un estado general más favorable para enfrentar el parto y asegurar una lactancia inicial de calidad.

Costo y rentabilidad: una inversión justificada
Desde el punto de vista económico, la suplementación líquida en ganadería implicó un costo mayor por animal: $334,13 frente a $104 de la opción sólida. No obstante, esta diferencia se justificó ampliamente por la mayor ganancia de peso de los terneros al momento del destete, lo que se traduce en una mejora del ingreso bruto por unidad productiva.
“Este enfoque puede ser una herramienta valiosa para los productores que buscan optimizar su producción cárnica en sistemas extensivos, adaptando las estrategias nutricionales a las condiciones locales y mejorando así la rentabilidad de sus explotaciones”, aseguró Guzmán. Y agregó: “La adecuada nutrición durante la preñez es, sin duda, una inversión en el futuro de la producción de carne de ciclo completo”.

Este trabajo del INTA San Luis refuerza la importancia de mirar la alimentación de la madre no solo como un gasto, sino como una herramienta estratégica. El impacto que tiene en el desarrollo fetal, el bienestar de la vaca y la performance del ternero al destete abre una puerta para que cada vez más productores adopten este tipo de tecnología, especialmente en regiones con limitaciones forrajeras.