Ganadería: el INTA enciende la alerta en Buenos Aires por casos de hipomagnesemia


Una amenaza silenciosa pero letal afecta a los rodeos de ganadería de cría en la provincia de Buenos Aires: la hipomagnesemia, también conocida como tetania de los pastos. Se trata de una enfermedad metabólica provocada por la deficiencia de magnesio (Mg) en sangre, que afecta principalmente a vacas adultas en sistemas extensivos de pastoreo y que puede causar la muerte súbita de animales sin signos clínicos previos.

La ganadería de Buenos Aires en alerta

Un reciente estudio del INTA Balcarce, basado en un relevamiento epidemiológico retrospectivo de 20 años (1998-2017), documentó 232 brotes clínicos de hipomagnesemia en bovinos de carne en Buenos Aires. La investigación, desarrollada por el Servicio de Diagnósticos Veterinarios Especializados (SDVE), representa el análisis más exhaustivo de esta patología en la región y permite dimensionar su impacto productivo, geográfico y estacional.

Ganadería, hipomagnesemia

Según el informe, los brotes en la ganadería afectaron a una población total de 54.103 animales, con 1.798 muertes registradas. Esto equivale a una tasa de mortalidad general del 3,32%, aunque en algunos establecimientos los picos alcanzaron el 28,3%. En la mayoría de los casos (78%), los episodios ocurrieron entre junio y octubre, siendo agosto el mes más crítico. Esta estacionalidad coincide con la época invernal y la primavera temprana, cuando las vacas paridas o en el último tercio de gestación presentan mayores demandas nutricionales y están más expuestas a déficits minerales.

La distribución geográfica de la enfermedad también fue clara: el 90,5% de los brotes se concentraron en el centro-sur de la provincia, con una mayor incidencia en partidos como Azul, Tapalqué, Rauch y Tandil. Allí, entre 2001 y 2004, se identificó un clúster de casos que encendió las alarmas sanitarias.

Ganadería, hipomagnesemia

El estudio también destacó que las vacas adultas, especialmente las multíparas, fueron las más afectadas, participando en más del 83% de los brotes, con una mortalidad superior al 3,5%. Esto se debe a la menor capacidad de absorción intestinal de magnesio en animales adultos, sumado a un mayor requerimiento mineral durante la gestación y lactancia. Por otro lado, aunque los datos no fueron concluyentes, se observaron mayores tasas de mortalidad en la raza Hereford que en Angus, lo que sugiere posibles diferencias de susceptibilidad.

Uno de los aspectos clave identificados por el INTA fue el vínculo entre la enfermedad y la calidad del forraje. En un tercio de los brotes, los animales se alimentaban exclusivamente de pastizales naturales, donde la tasa de mortalidad fue más elevada (4,38%). En comparación, los rodeos que consumían pasturas mejoradas o forrajes anuales mostraron tasas más bajas. Los análisis de 83 muestras forrajeras revelaron que el 70% tenía una deficiencia primaria de magnesio, y un 24% mostraba niveles elevados de potasio, lo que bloquea la absorción de Mg y eleva el riesgo.

En cuanto al diagnóstico, los investigadores combinaron análisis de sangre, humor vítreo post mortem y antecedentes clínicos para confirmar los casos. El 79% de los brotes presentó síntomas visibles como excitabilidad, convulsiones o postración. Sin embargo, en uno de cada cinco episodios la muerte fue súbita, lo que dificulta la detección y subraya la importancia de la prevención.

Ganadería, hipomagnesemia

Desde el INTA recomiendan la suplementación diaria con magnesio, especialmente durante los meses de mayor riesgo, así como evitar pasturas con exceso de potasio o nitrógeno. También señalan que el sobrepeso y la desnutrición agravan el cuadro clínico. Ante los primeros signos, se sugiere la aplicación urgente de soluciones endovenosas de Mg y Ca, aunque el tratamiento no siempre garantiza la supervivencia.

“La hipomagnesemia es una enfermedad silenciosa que puede causar grandes pérdidas si no se toman medidas preventivas a tiempo”, advirtió Germán Cantón, coordinador del SDVE y autor principal del estudio.

Este trabajo aporta una base sólida para diseñar estrategias de manejo y control en los sistemas ganaderos pastoriles de la región pampeana, y advierte sobre la necesidad de monitoreo constante en invierno y primavera.