Ganadería: la increíble historia de la raza Piemontese, una joya genética

La raza Piemontese, originaria del noroeste de Italia, se destaca por su pureza genética, rendimiento cárnico superior y adaptabilidad a diversos climas. Con más de 15.000 años de estabilidad genética, esta raza bovina (Bos taurus) se consolidó en la región del Piemonte, un entorno geográfico protegido por los Alpes, donde cordones montañosos de hasta 3.000 metros de altura se alternan con valles fértiles. Su evolución fue resultado de un cruce ancestral entre cebúes migrantes (Bos indicus) provenientes de Pakistán y el ganado europeo autóctono conocido como Aurochs (Bos primigenius).
Cómo la raza piemontese llegó a ser un emblema de la ganadería
Uno de los atributos más distintivos de la Piemontese es la llamada “doble musculatura” o hipertrofia muscular, una mutación genética natural fijada a fines del siglo XIX. Esta característica está directamente relacionada con la mutación del gen de la miostatina, localizado en el cromosoma 2, que inhibe el desarrollo muscular.

En el caso de esta raza, la mutación provoca una notable hiperplasia e hipertrofia de las fibras musculares, lo que se traduce en mayor volumen de carne, menor contenido de grasa intermuscular y una terneza superior en comparación con otras razas. Según la asociación italiana ANABORAPI, los rendimientos de faena pueden alcanzar hasta un 72%, lo que posiciona al Piemontese como líder en eficiencia productiva.
Físicamente, los animales presentan una estructura armónica: pelo blanco con resabios cebuinos, mucosas negras, cuernos cortos, cabeza triangular y huesos finos pero fuertes. Además, su piel pigmentada y su capacidad para mover el cuero les confiere resistencia natural a insectos y garrapatas, una ventaja importante en climas tropicales y subtropicales.

Los machos alcanzan un peso promedio de entre 750 y 800 kg, mientras que las hembras pesan entre 500 y 550 kg. Se observa un notable dimorfismo sexual, con las hembras conservando un frame moderado y una buena capacidad lechera, mientras que los machos muestran una imponencia muscular notable y un temperamento dócil, pero con alta libido.
En términos productivos, la raza fue históricamente considerada de triple propósito: carne, leche y tracción. Aunque hoy el foco está centrado en la producción cárnica, su aptitud lechera continúa siendo relevante. En Italia, una vaca pura puede producir 2.300 kg de leche en un ciclo de 305 días, siendo esta utilizada en la elaboración de quesos tradicionales como el Castelmagno, Bra, Raschera y Robiola. La precocidad reproductiva también es destacable: los toros pueden comenzar a donar semen desde los 13 meses y las hembras recibir servicio entre los 14 y 16 meses.

Piemontese en Argentina
La adaptabilidad del Piemontese fue objeto de estudio en Argentina, particularmente en la localidad de Machagai, en la provincia del Chaco. En un ensayo iniciado en 1998, se realizaron cruzamientos con razas adaptadas al calor como Brangus, Bradford y Brahman. Los resultados mostraron una excelente adaptación a un clima subtropical húmedo, con temperaturas que oscilan entre los -3 °C en invierno y los 47 °C en verano. Los terneros nacieron sin complicaciones, con pesos promedio cercanos a los 32 kg, y a los 435 días alcanzaron un peso cercano a los 290 kg, destacándose además por su mansedumbre.
En términos fenotípicos, incluso los cruzamientos manifiestan las cualidades del Piemontese: cabeza armónica, gran desarrollo muscular y mucosas negras. Estas características, junto con la pigmentación de la piel, el pelo corto y el carácter dócil, lo convierten en un animal ideal para zonas de alta radiación solar y humedad, donde otros bovinos podrían sufrir estrés térmico.

Actualmente, además de Italia, la raza se encuentra difundida en países como Canadá, Estados Unidos, México, Bolivia, Brasil y Argentina. En todos estos destinos, la Piemontese continúa consolidándose como una de las razas más eficientes y versátiles para la producción de carne de calidad superior, destacándose por su rendimiento, adaptabilidad y rusticidad. La combinación de una base genética sólida con cualidades productivas de excelencia la posicionan como una opción estratégica para el futuro de la ganadería mundial.