Ganadería: Girolando, la raza que revolucionó la lechería tropical

El Girolando es hoy uno de los grandes protagonistas de la producción lechera en zonas tropicales y subtropicales. Su historia, que comenzó en Brasil a mediados del siglo XX, combina la ciencia del cruzamiento selectivo con la necesidad de producir leche de forma rentable en climas cálidos, donde muchas razas tradicionales no logran expresar su potencial.
Este bovino surge del cruce entre la raza Holstein (Bos primigenius taurus), reconocida mundialmente por su alta producción de leche, y la raza Gyr (Bos primigenius indicus), de origen cebuino, valorada por su rusticidad, resistencia y capacidad de adaptación al trópico. La combinación ideal —y hoy estándar oficial— es de 5/8 sangre Holstein y 3/8 sangre Gyr, proporción que busca equilibrar productividad y adaptabilidad.
Los primeros cruces y el desafío de la estandarización
En la década de 1940, ganaderos brasileños comenzaron a cruzar Holstein y Gyr, de forma planificada o espontánea. El resultado sorprendió: animales con buena producción de leche, rendimiento aceptable en carne y una notable resistencia al calor y a las pasturas tropicales. Sin embargo, el entusiasmo inicial provocó una multiplicación desordenada de ejemplares. Muchos no alcanzaban de manera consistente las cualidades buscadas, ya que la raza aún no estaba estabilizada.

Para resolverlo, en 1978 se creó el Programa de Cruce Dirigido (PROCRUZA), enfocado en seleccionar tanto bovinos lecheros como de carne en distintos grados de sangre. En 1989, el Ministerio de Agricultura de Brasil, junto a la Asociación de Criadores Ganaderos de Leche del Triángulo Mineiro y Alto Paranaíba (ASSOLEITE), inició un programa formal de formación racial para fijar el patrón 5/8 Holstein y 3/8 Gyr.
El reconocimiento oficial llegó el 1 de febrero de 1996, cuando el Ministerio de Agricultura declaró al Girolando como raza bovina, y ASSOLEITE pasó a llamarse Asociación Brasileña de Criadores de Girolando, con sede en Uberaba, Minas Gerais. Desde entonces, su expansión ha sido constante en América Latina y otras regiones tropicales del mundo.
Adaptación y ventajas productivas
La principal fortaleza del Girolando radica en su adaptabilidad al medio tropical, donde las altas temperaturas y la baja calidad de los pastos suelen limitar la productividad de otras razas. El Gyr aporta resistencia al calor, capacidad de regular la temperatura corporal y facilidad para aprovechar forrajes de menor valor nutritivo. La Holstein, por su parte, garantiza altos volúmenes de leche y buena persistencia de lactancia.
Este “vigor híbrido” —o heterosis— concentra lo mejor de ambas razas y lo transforma en una ventaja económica para el productor. La rusticidad del Girolando le permite mantener un buen desempeño incluso en condiciones de manejo menos intensivas, y su versatilidad lo convierte en una opción válida tanto para leche como para carne, especialmente en cruzamientos industriales.

Características productivas y reproductivas
Las vacas Girolando inician su producción hacia los 30 meses de edad, con un período de lactancia promedio de 280 a 305 días, alcanzando picos entre los 30 y 100 días después del parto. En promedio, producen 3.600 kilos de leche por lactancia (dos ordeños diarios) con un 4% de grasa, y a lo largo de su vida pueden acumular más de 20.000 kilos.
Su longevidad productiva es destacada: alcanzan el máximo rendimiento hacia los diez años y pueden producir hasta los 15 años. En cuanto a la reproducción, presentan alta fertilidad y facilidad de parto, con muy pocos problemas obstétricos. Estos atributos han favorecido también el éxito de programas de inseminación artificial y transferencia de embriones.
Los machos, si bien no son el foco principal, poseen un buen desempeño cárnico y se adaptan a sistemas de producción similares a los de razas específicas para carne.

Rasgos físicos distintivos
De tamaño mediano y cuerpo proporcionado, el Girolando se caracteriza por una cabeza prominente, frente amplia y convexa, orejas largas y caídas, piel suelta y colgante, y papada, ombligo y prepucio desarrollados. El peso promedio en toros adultos ronda los 750 kilos, mientras que las vacas alcanzan los 450 kilos.
Su estructura corporal, unida a aplomos fuertes, le permite desplazarse y pastorear con facilidad, incluso en terrenos difíciles. Esta conformación, junto con su resistencia física, es clave para su adaptación a entornos calurosos y húmedos.
Una apuesta segura para el trópico
Hoy, el Girolando es la raza número uno en producción de leche en clima tropical en Brasil y ha ganado terreno en otros países de América. Su éxito se explica por una ecuación simple: combina la genética de la vaca más productiva del mundo con la resistencia del ganado cebuino más adaptado al calor.
Para los productores, representa una opción rentable y confiable, capaz de sostener volúmenes importantes de leche sin sacrificar la viabilidad económica del sistema, incluso cuando las condiciones ambientales no son óptimas.

Con más de siete décadas de historia y una expansión internacional en marcha, el Girolando se consolida como un verdadero ejemplo de cómo la genética aplicada a las necesidades productivas puede transformar la ganadería en regiones desafiantes. Su desarrollo demuestra que, cuando ciencia y campo trabajan juntos, el resultado puede ser una raza que no solo produce más, sino que lo hace donde otros no pueden.