Ganadería: cómo lograr más kilos de carne y eficiencia en la cría con una preñez temprana


En un escenario de la ganadería que presenta precios atractivos para la cría y condiciones climáticas que acompañan, los productores ganaderos tienen la oportunidad de dar un salto en eficiencia reproductiva. En este contexto, preñar temprano a las vacas se convierte en una estrategia clave para lograr destetes más pesados y reducir los vientres improductivos. La tecnología Bullsynch N, desarrollada para el servicio natural, ya muestra resultados alentadores a campo.

“Muchos productores de ganadería apuntan a subir el porcentaje de preñez, pero también hay que mirar cuándo se preñan las vacas. Cuanto antes lo hagan, más pesado será el ternero al destete. Y eso es lo que se traduce en dinero”, asegura el médico veterinario Augusto Nascimbene, de Agropharma, en una entrevista con ValorCarne.

El desafío no es menor. Con un período de gestación de 280 días y apenas una ventana de 85 días para volver a preñar a la vaca mientras cría al ternero, el tiempo juega en contra. Si una vaca se demora en concebir, se pierden entre 20 y 40 kilos de peso al destete. “A precios actuales —entre $3.600 y $4.000 por kilo vivo—, cada kilo importa”, subraya Nascimbene.

Tecnología hormonal, más allá de la inseminación

Para enfrentar ese desafío de la ganadería sin recurrir a la inseminación artificial, Agropharma desarrolló Bullsynch N, un inyectable que combina progesterona y estradiol, hormonas que la vaca produce de forma natural. Aplicado estratégicamente, este producto acorta el anestro y sincroniza la ovulación, facilitando la concepción durante el servicio natural.

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“En rodeos de ganadería bien manejados, las vacas cabeza se preñan solas. Pero el cuerpo y la cola del rodeo son los segmentos donde tenemos que intervenir, para evitar que las vacas se atrasen y se caigan del sistema”, explica. Aplicar el tratamiento durante la vacunación antiaftosa —entre octubre y noviembre— o tras el tacto —diciembre a enero— es una estrategia eficiente para mejorar la tasa de preñez.

Otra ventaja es su seguridad: no induce abortos ni tiene efectos negativos si se administra a una vaca recién preñada o en celo.

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Una experiencia concreta en el sur de Córdoba

La médica veterinaria Julieta Tuninetti, asesora en Río Cuarto, Córdoba, implementó esta tecnología en un campo con mil vacas Angus, combinando inseminación artificial con el uso de Bullsynch. “Arrancamos inseminando las vacas cabeza para avanzar en genética y tratamos también la cola para no dejar vientres fuera del sistema”, cuenta en diálogo con ValorCarne.

El desafío mayor para la ganadería estaba en el cuerpo del rodeo —unas 500 vacas—, que sufría una gran dispersión en las pariciones debido a condiciones corporales dispares, consecuencia de una larga sequía. “Decidimos aplicar Bullsynch en esa franja para agrupar nacimientos y mejorar los resultados”, relata.

Además, se ajustó el calendario de servicios, acortándolo de cuatro a tres meses y atrasando el inicio para coincidir con el pico de oferta forrajera. “Pasamos de octubre-enero a noviembre-febrero, una maniobra que nos llevó dos temporadas”, señala. La organización del rodeo incluyó botones de colores para distinguir vientres cabeza, cuerpo y cola, y facilitar el manejo.

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Los resultados fueron notables: la preñez total pasó del 85% al 93% promedio, con lotes que alcanzan el 98%. La cola, que inicialmente tenía bajos porcentajes, hoy alcanza el 89%. “Además, el 70% de las pariciones se concentran en 45 días, lo que da como resultado lotes de terneros más homogéneos y pesados”, agrega.

Los terneros de la cabeza se destetan con 200 a 210 kilos a los seis meses y medio; los del cuerpo con 185 kg promedio y la cola, un poco más tarde, nunca por debajo de los 180 kg.

Un nuevo estándar para el servicio natural en la ganadería

Tuninetti destaca que Bullsynch es una herramienta valiosa, sobre todo en rodeos donde antes no se aplicaba tecnología reproductiva o se hacía de forma limitada. “Es algo que me funcionó muy bien y que estoy trasladando a otros campos que asesoro. El impacto es directo en la productividad y en la rentabilidad del sistema”, afirma.

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En resumen, intervenir estratégicamente en el cuerpo y la cola del rodeo con tecnologías hormonales, incluso en sistemas tradicionales, permite mejorar significativamente la eficiencia reproductiva. Y lo más importante: transforma vientres improductivos en kilos de carne, con beneficios concretos para la empresa ganadera.

Con información de ValorCarne