La ganadería argentina, entre un contexto favorable y desafíos estructurales
La ganadería argentina atraviesa un momento clave. Con precios internacionales en alza y señales de reactivación en el mercado interno, el sector muestra un repunte en sus exportaciones y un renovado interés global por su producto. Sin embargo, los desafíos estructurales —la inestabilidad macroeconómica, la presión impositiva y la falta de políticas previsibles— continúan limitando su potencial de crecimiento sostenido.
Un contexto internacional que impulsa pero no alcanza
Según el último informe de la Fundación Mediterránea difundido por Revista Chacra, entre enero y septiembre de 2025 las exportaciones de carne vacuna y subproductos aumentaron un 17% en valor respecto del mismo período del año anterior. No obstante, el volumen exportado se redujo un 11%, reflejando una menor salida de carne deshuesada y menudencias. Esta baja fue compensada por el incremento del 32 % en el precio promedio, impulsado por la firmeza de la demanda global y la mejora de los precios internacionales.
El mercado chino continúa siendo el principal destino de la carne argentina, concentrando el 65% de los embarques y el 50% del valor total exportado durante los primeros nueve meses del año. La dependencia de un solo mercado, sin embargo, mantiene al sector en una situación de vulnerabilidad ante eventuales cambios en las condiciones de importación o en las políticas comerciales de Beijing.

Estados Unidos y Unión Europea
Una noticia alentadora para la ganadería argentina llegó desde Estados Unidos, cuyo gobierno decidió cuadruplicar la cuota arancelaria para la carne nacional. La medida abre una oportunidad estratégica para el país, que busca diversificar destinos y posicionarse con mayor fuerza en mercados de alto valor agregado, como el norteamericano y el europeo.
En el caso de la Cuota Hilton, que permite exportar cortes premium a la Unión Europea con arancel preferencial, Argentina certificó 14.225 toneladas, alcanzando el 48,4% del cupo asignado y superando en más de 11 puntos el nivel del año anterior (37%). El desempeño de la ganadería argentina se ubica por debajo de Brasil (67,8%) y Australia (54,6%), pero refleja una mejora sustancial respecto del ciclo previo, cuando el cumplimiento global del programa era del 30,7 %.

Consumo interno y señales mixtas del mercado local
En el frente doméstico, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) informó que en octubre los precios de los distintos cortes aumentaron un 2,8% mensual, acumulando una suba del 37,5% en lo que va de 2025 y del 61,3% interanual. Pese a este incremento, la recuperación del poder adquisitivo del consumidor local aún no es suficiente para revertir la caída del consumo per cápita registrada en los últimos años.
Por su parte, la faena de hembras —un indicador clave del ciclo ganadero— todavía no muestra una tendencia clara hacia la retención, lo que sugiere que los productores mantienen una postura cautelosa ante la falta de previsibilidad económica. El cambio de ciclo productivo, por ahora, sigue sin consolidarse.
Un dato relevante para la ganadería proviene de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que señaló que el valor promedio ponderado de la faena nacional en octubre alcanzó los $3.171 por kilo vivo, un 30% más que en octubre de 2024 y un 15% por encima del promedio histórico de los últimos quince años. Con estos números, octubre de 2025 se ubicó como el tercer mejor octubre en una década y media, reflejando cierta recomposición en los márgenes del negocio ganadero.

Entre el potencial y la necesidad de una estrategia a largo plazo
El panorama general de la ganadería argentina combina luces y sombras. Por un lado, la demanda internacional sostenida y el reconocimiento mundial de la calidad de la carne nacional ofrecen un horizonte de oportunidades. Por el otro, la falta de estabilidad económica, los altos costos impositivos y la escasez de infraestructura y financiamiento frenan la posibilidad de transformar ese potencial en un crecimiento sostenido.
El desafío de la ganadería para los próximos años será definir una política de Estado que acompañe al sector con previsibilidad, fomente la inversión en tecnología y promueva la sustentabilidad ambiental. Si logra consolidar ese rumbo, la ganadería argentina podría recuperar el protagonismo perdido y volver a convertirse en uno de los motores del desarrollo económico y social del país.
