Ganadería 2025: Argentina abre nuevos mercados para la carne aviar
La ganadería de Argentina logró reabrir el mercado japonés para su carne aviar y ovoproductos, luego del cierre temporal que se produjo el 20 de febrero tras detectarse un caso de influenza aviar en aves de traspatio. A partir del 29 de mayo, el país vuelve a exportar a Japón, lo que representa un importante respaldo a su estatus sanitario como territorio “libre de influenza aviar”, confirmado por las autoridades japonesas luego de una gestión articulada entre el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la Cancillería y el sector privado.
La ganadería y la carne aviar abren nuevos mercados
Aunque en términos comerciales el volumen exportado hacia Japón es actualmente reducido —ya que el país asiático concentra sus compras aviares en Brasil, Tailandia y China—, la reapertura tiene un fuerte valor simbólico y estratégico. Así lo explicó Carlos Sinesi, gerente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), quien destacó la relevancia de mantener abierta la mayor cantidad de destinos posibles para reforzar la credibilidad sanitaria internacional de la Argentina.
El contexto regional suma complejidad al escenario. El pasado 15 de mayo, Brasil, el mayor exportador mundial de carne aviar, reportó su primer caso de influenza aviar en aves comerciales en el estado de Río Grande do Sul. Esto derivó en el cierre inmediato de 22 mercados para sus productos, incluidos gigantes como China, la Unión Europea, Corea del Sur, Sudáfrica y el propio Japón. Esta situación plantea oportunidades para otros exportadores como Argentina, aunque Brasil sigue siendo un actor difícil de reemplazar con sus más de 5,5 millones de toneladas exportadas al año.
“Hoy tanto Argentina como Brasil trabajamos bajo estrategias de zonificación y compartimentos sanitarios para enfrentar estas crisis”, detalló Sinesi. En ese sentido, recordó que tras el brote de febrero de 2023, Argentina suspendió las exportaciones hasta lograr modificar los certificados sanitarios exigidos por los distintos destinos. Este esfuerzo coordinado permitió recuperar el estatus de país libre de influenza aviar en agosto del mismo año, un logro clave para mantener abiertos los mercados más exigentes.
Pese a la situación sanitaria en Brasil, Argentina continúa importando genética aviar desde ese país bajo estrictos protocolos y acuerdos sanitarios compartidos. La colaboración entre ambos países incluye auditorías cruzadas, como la realizada recientemente por Brasil en territorio argentino, enfocada en los sistemas de zonificación. A esto se suman visitas de autoridades sanitarias del Reino Unido y una próxima auditoría china, programada para junio, que evaluará todas las proteínas animales.
En cuanto a la estrategia de expansión comercial, Sinesi subrayó que Argentina concretó este año la apertura de los mercados de Corea del Sur y Filipinas, tras dos décadas de negociaciones. También se avanza en conversaciones con Egipto y la India, lo que refleja una política activa de diversificación. Este enfoque resulta fundamental en un contexto de fuerte presión interna por el tipo de cambio, las retenciones y la reciente devaluación del real brasileño, que complica la competitividad argentina en el plano internacional.
China continúa siendo el principal comprador de carne aviar argentina, tanto por volumen como por los precios que ofrece, los cuales ayudan a amortiguar los altos costos locales de producción. Para fortalecer esta relación, empresas argentinas participaron recientemente de SIAL China, una de las ferias más importantes del rubro, y realizaron una ronda de negocios en Filipinas con degustación de productos, en coordinación con la Cancillería y la Agencia Argentina de Inversiones.
En el plano local, el consumo de carne aviar se mantiene robusto, con entre 46 y 47 kg por habitante al año. Si se suman las demás carnes, Argentina alcanza un consumo total de 115 kg por persona, ubicándose entre los países con mayor ingesta de proteínas animales del mundo.
La reapertura del mercado japonés es, entonces, mucho más que una noticia sanitaria: es una pieza clave dentro de una estrategia más amplia para posicionar a la avicultura argentina como un sector competitivo, confiable y en constante expansión en el escenario global.
