Fiebre aftosa: Turquía cierra sus mercados ganaderos por un brote

Un brote de fiebre aftosa en Turquía obligó al Gobierno a cerrar todos los mercados ganaderos del país y a limitar severamente el movimiento de animales. La decisión, tomada por el Ministerio de Agricultura y Silvicultura, responde a la detección de un nuevo serotipo del virus, identificado como SAT1, altamente contagioso y poco frecuente en la región.
La medida, de carácter sanitario, busca frenar la propagación de la enfermedad, que encontró condiciones propicias para expandirse durante la reciente festividad musulmana de Eid al-Adha, celebrada entre el 5 y el 9 de junio. Durante esos días, el movimiento de ganado en todo el territorio se multiplicó, favoreciendo el contagio masivo y acelerando la emergencia sanitaria.
Fuerte brote de fiebre aftosa en Turquía
El ministro de Agricultura, Ibrahim Yumakl, informó que el país ya inició una campaña intensiva de vacunación con una nueva fórmula desarrollada especialmente para este serotipo. “El cierre de los mercados es temporal y tiene como objetivo proteger al rodeo nacional”, afirmó, al tiempo que aclaró que la fiebre aftosa no representa un riesgo para los humanos y que los productos de origen animal son seguros para el consumo.
Si bien el virus no afecta la salud humana, su impacto sobre la economía agropecuaria puede ser severo. La fiebre aftosa es una enfermedad de rápida difusión que genera restricciones comerciales, pérdidas productivas y severas consecuencias para la cadena cárnica. Turquía ya había logrado reducir en un 80 % los casos entre 2023 y 2024 gracias a campañas de vacunación previas, pero el surgimiento de una variante distinta revirtió parte del avance logrado.

El cierre de mercados generó una fuerte preocupación entre productores locales. En provincias clave como Konya, Manisa, Van y Düzce, consignatarios y pequeños ganaderos reportaron un freno abrupto en sus operaciones diarias. Si bien en las últimas semanas se observó un alza en los precios por la escasez de oferta en los puntos de venta, el temor es que, si la medida se extiende más allá de julio, las pérdidas económicas sean significativas, especialmente para los productores de menor escala.
Además, la crisis sanitaria turca amenaza con generar un efecto dominó a nivel internacional. Turquía es un destino clave para las exportaciones de ganado en pie desde América del Sur, con Brasil, Uruguay y Colombia como principales proveedores. La suspensión temporal del comercio pone en riesgo la colocación de más de un millón de cabezas. “Si no se reabren los mercados pronto, el exceso de oferta que no pueda ingresar a Turquía buscará otros destinos, presionando los precios internacionales a la baja”, advirtió Juan Gonzalo Botero, expresidente de la Asociación de Exportadores de Ganado en Colombia (Aexgan).

El Gobierno turco intenta contener la situación con un enfoque integral. Además de la vacunación masiva, se reforzaron los controles en rutas ganaderas, se intensificó la vigilancia en campos y se desplegaron equipos sanitarios en zonas rurales comprometidas. A pesar de las restricciones, las autoridades aseguran que el suministro interno de carne y lácteos está garantizado gracias a las reservas frigoríficas y la red de distribución local.
El brote, sin embargo, reavivó la discusión sobre la necesidad de fortalecer las medidas de bioseguridad y la respuesta ante enfermedades transfronterizas. La aparición de un nuevo serotipo plantea desafíos adicionales no solo en lo epidemiológico, sino también en lo comercial: mantener el estatus sanitario de los países exportadores es clave para sostener mercados exigentes.

El Ministerio de Agricultura turco confirmó que las restricciones se levantarán de forma progresiva, en función del avance de la campaña de inmunización y la reducción del riesgo de contagio. Mientras tanto, el país se mantiene en estado de vigilancia intensiva para evitar una escalada de la crisis y preservar su lugar en el comercio global de carne.
Aunque Turquía ya ha enfrentado brotes de fiebre aftosa en el pasado, la situación actual se presenta más compleja debido al tipo de virus involucrado y al momento del año en que ocurrió. El desafío es evitar que la crisis sanitaria local se transforme en un problema regional con impactos duraderos.