Exportaciones de carne 2025: Argentina mejora en precios y volumen


Luego de un comienzo de año con cifras preocupantes, las exportaciones de carne argentina comenzaron a mostrar señales positivas en mayo. Si bien los volúmenes siguen por debajo de los niveles de 2024, el incremento en los precios internacionales permitió una recuperación significativa en términos de facturación. Así lo reflejan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y el análisis del Rosgan, que habla de un “cambio de sendero” en la tendencia del comercio exterior de carne vacuna.

Según el informe del mercado ganadero de Rosario, durante mayo se exportaron 55.800 toneladas peso producto por un valor total de 298,3 millones de dólares. Esto representa un aumento marginal del 1% en volumen respecto a abril, pero un notable incremento del 8% en valor. De esta forma, el precio promedio por tonelada embarcada pasó de USD 4.931 en abril a USD 5.343 en mayo, una mejora del 8,3%.

Convertidas las cifras a peso equivalente res con hueso, y descontando los huesos provenientes de la despostada, el volumen exportado se estima en 64.500 toneladas, un 4% más que el mes anterior. Sin embargo, estos valores aún no alcanzan los niveles del mismo período del año pasado.

En el acumulado de 2025, el total exportado ronda las 298 mil toneladas, lo que representa una caída interanual del 23%. A pesar de esa baja en volumen, la mejora en los precios internacionales permite compensar parcialmente la pérdida: la facturación alcanza los 1.286 millones de dólares, un 5% más que en igual lapso de 2024.

Un mercado internacional con exportaciones en auge

La mejora de los valores no es un fenómeno aislado de Argentina, sino que responde a un contexto internacional de alta demanda y precios récord. El índice de precios de la carne que elabora la FAO, basado en las cotizaciones de los principales exportadores globales, alcanzó en mayo los 138,2 puntos. Se trata del nivel más alto desde que se lleva registro, incluso por encima del pico alcanzado en 2022, durante la expansión post pandemia del comercio global.

Brasil y Australia, los dos principales exportadores mundiales, registraron aumentos interanuales en sus ventas superiores al 15%, con precios entre un 10% y 12% más altos que en 2024. Este escenario marca una etapa de solidez en los fundamentos del mercado, tanto desde el lado de la oferta como de la demanda.

La oportunidad es significativa para Argentina, que si bien ha tenido dificultades para aprovecharla en los primeros meses del año, parece estar empezando a recuperar terreno en un contexto de precios favorables.

Una amenaza latente: el conflicto en Medio Oriente

Sin embargo, este escenario alentador no está exento de riesgos. En las últimas semanas, el conflicto en Medio Oriente entre Irán e Israel sumó un nuevo factor de incertidumbre al comercio global. Si bien la región representa solo el 5% de la demanda mundial de carne vacuna, el involucramiento de potencias extranjeras y la posibilidad de una escalada bélica podrían tener efectos recesivos sobre la economía global.

Uno de los principales focos de preocupación es un posible bloqueo del Estrecho de Ormuz por parte de Irán. Esta vía marítima es crucial para el comercio internacional, ya que por allí circula alrededor del 20% del tráfico global de petróleo y gas. Una interrupción en su funcionamiento afectaría directamente los costos logísticos, incrementando los precios del transporte internacional y reduciendo la competitividad de las exportaciones.

En ese sentido, el Rosgan advierte que un encarecimiento del flete y del precio final de los productos podría reducir la demanda en los principales mercados, incluso en un contexto de fuerte valorización de la carne vacuna.

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Un escenario favorable, pero no garantizado

En definitiva, el comercio exterior de carne argentina comienza a transitar una senda de recuperación en un mercado global que presenta fundamentos sólidos. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto y dependerá, en buena medida, de cómo evolucionen los conflictos internacionales y su impacto sobre la economía y la logística global.

Mientras tanto, el desafío para la cadena exportadora argentina será consolidar su presencia internacional, capitalizar el contexto de precios altos y estar preparada para posibles disrupciones externas.