El desafío de la ganadería 2025: mantener la producción sin comprometer el stock

La ganadería argentina transita un año de alto rendimiento productivo, pero también de riesgos latentes para su sustentabilidad a mediano plazo. Según un informe reciente del Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan), la producción de carne se sostiene gracias a un peso de faena más elevado, aunque la elevada extracción de animales por tercer año consecutivo amenaza con profundizar la caída del rodeo nacional.
Los datos de los primeros siete meses del 2025 para la ganadería muestran que la faena de bovinos se mantiene en niveles históricamente altos, con proyecciones de alcanzar nuevamente unas 14 millones de cabezas al cierre del año. Esto asegura, en el corto plazo, una oferta cercana a los 3,2 millones de toneladas de carne. Sin embargo, detrás de esta cifra alentadora para el mercado interno y las exportaciones, se esconde un problema estructural: la tasa de extracción supera la capacidad de reposición del rodeo.
El informe advierte que para estabilizar el stock de la ganadería en el presente ciclo sería necesario un salto en los indicadores reproductivos, elevando la relación ternero/vaca desde el 65% actual hasta, al menos, el 70%. “De no lograrse, se seguirá profundizando la pérdida de stock que el año pasado superó el millón de cabezas”, señalan los analistas del Rosgan, tomando como referencia los resultados de la última zafra.

El peso de faena como sostén productivo de la ganadería
Uno de los factores que ha permitido mantener la producción de carne, a pesar de la presión sobre el rodeo, es el incremento en el peso de faena. En lo que va del año, la faena de novillos aumentó un 12%, con un aporte adicional de entre 45 y 50 kilos por res respecto de los novillitos. Este cambio, junto con mejores condiciones de recría y engorde pastoril, generó un crecimiento del 2% en la producción de carne con un número de cabezas similar al del año anterior.
El informe sobre ganadería detalla que el peso promedio de faena mejoró un 1% en el caso de los machos y un 1,4% en las hembras, reflejando una mayor eficiencia productiva en la etapa final de la cadena. Sin embargo, los especialistas advierten que esta estrategia de sostener la producción a partir de animales más pesados no puede ser la única respuesta si el objetivo es evitar una merma en la oferta futura.

El impacto en los vientres
Uno de los puntos más críticos del análisis se centra en la faena de hembras, especialmente vaquillonas. Si bien la faena de vacas comenzó a moderarse, la de vaquillonas continúa en ascenso, con un aumento del 6% en lo que va de 2025 y un acumulado del 10% en los últimos tres años. Este comportamiento equivale a una pérdida de 800 mil vientres en el período, reduciendo la base reproductiva y dificultando cualquier intento de recuperación del stock.
La persistencia de este patrón, advierte el Rosgan, no solo compromete el crecimiento del rodeo, sino que también puede derivar en una restricción de la oferta de carne en los próximos ciclos, afectando tanto el mercado interno como las posibilidades de exportación.

Hacia una estrategia integral
Para revertir esta tendencia, el informe propone una acción coordinada en toda la cadena ganadera. Esto incluye medidas para elevar la producción de terneros, optimizar el peso de faena y gestionar de manera más eficiente los recursos forrajeros y sanitarios. “Solo así se podrá evitar una restricción en la oferta de carne en el futuro y recomponer el stock nacional”, concluyen los especialistas.
En un contexto de alta demanda y buenos precios para la carne argentina, el desafío pasa por equilibrar la rentabilidad inmediata con la sostenibilidad productiva. La capacidad del sector para encontrar ese punto de equilibrio será determinante para el futuro de la ganadería en el país.