El cierre de mercados amenaza al cordero patagónico y pone en jaque al sector ovino
Juan Uccelli, director ejecutivo de la Cámara de Frigoríficos Ovinos y Bovinos de la Patagonia (CAFROPAT), advierte sobre la crisis que atraviesa la producción ovina y en especial el cordero en la Patagonia por la pérdida de mercados y la incertidumbre internacional.
La cadena ovina de la Patagonia enfrenta una amenaza sin precedentes que podría comprometer no solo la exportación del cordero, sino también la sustentabilidad económica y social de toda la región. El cierre del mercado chileno para la exportación de corderos, sumado a la incertidumbre sobre la continuidad en destinos claves como la Unión Europea, Reino Unido y Japón, pone en jaque la rentabilidad del sector y, en definitiva, la economía regional.
Fuerte impacto en el productor
Juan Uccelli, director ejecutivo de la Cámara de Frigoríficos Ovinos y Bovinos de la Patagonia (CAFROPAT), alertó en una entrevista con Radio Chacra Agro Continental sobre el impacto que estos cierres y amenazas generan en una actividad que representa la principal fuente de ingresos para miles de productores patagónicos.
“La medida ya tiene un impacto porque se cerró el mercado de Chile para poder exportar corderos y estamos muy preocupados por las condiciones que pueda tomar la Unión Europea, el Reino Unido, Japón, mercados muy importantes donde se exporta la gran mayoría de los corderos patagónicos”, señaló Uccelli, y advirtió que “estos mercados concentran la mayor parte de las ventas de carne ovina de la región, y su pérdida afectaría de forma directa la rentabilidad del productor.”
Monocultivo regional y riesgo socioeconómico
Actualmente, el 75% de los ingresos de un productor ovino patagónico proviene de la venta del cordero, mientras que el 25% restante corresponde a la lana. Por eso, una caída en la demanda internacional implicaría un freno en la producción de ambas actividades, con impactos en cascada.
“El problema más serio es que hay un monocultivo en la Patagonia que es el ovino, si el productor no tiene para hacer ovinos, no tiene para hacer otra cosa”, explicó Uccelli, quien agregó que “no solo se pone en riesgo la exportación de esta carne que estamos exportando con una marca muy particular, sino que se pone en juego la soberanía de la Patagonia.”
La importancia del sector se refleja también en su impacto social: la actividad ovina y bovina en la Patagonia genera directa e indirectamente alrededor de 200.000 puestos de trabajo, lo que representa unas 800.000 personas —el 30% de la población regional— considerando un promedio de cuatro integrantes por familia.
“Estamos hablando del 30% de la población de Patagonia que depende de la producción del cordero y de vacas en la Patagonia y no hay otra opción a eso”, remarcó Uccelli.
Situación actual y desafíos con los mercados internacionales
El cierre del mercado chileno ya es un hecho, mientras que la situación con la Unión Europea se mantiene en suspenso. Uccelli indicó que una auditoría del bloque europeo podría llegar en breve, pero alertó sobre la falta de condiciones para afrontarla debido a los “tremendos problemas” que atraviesa actualmente el SENASA, el organismo sanitario nacional.
“Por esta razón pedimos una reunión con la nueva funcionaria para buscar soluciones”, contó el ejecutivo, enfatizando la necesidad de fortalecer la gestión sanitaria para mantener abiertos los mercados del cordero y toda la actividad ovina y bovina de la Patagonia.
Además de Europa, Reino Unido y Japón, otros mercados están en evaluación. En ese sentido, Brasil aparece como un mercado emergente con interés por el cordero patagónico, aunque todavía con mucho por desarrollar. “Brasil está comiendo parte del cordero patagónico, y no está en el mercado interno. Hay mucho para desarrollar, lo que pasa es que si te pegan no te podés llegar a levantar como para tomar decisiones” agregó Uccelli.
Potencial para el consumo interno
Paralelamente, existen planes para fomentar el consumo interno del cordero patagónico y la carne ovina, aunque sus efectos no serían inmediatos. Actualmente, el consumo per cápita anual está por debajo del kilo, pero el potencial de crecimiento es mucho mayor.
“Hay que hacer un cordero más pesado, no hay que hacer el corderito tradicional,” explicó Uccelli, y destacó que el consumo podría crecer hasta seis o siete kilos por persona al año, muy por encima del actual.
Impacto económico
En términos económicos, Uccelli detalló que el volumen de exportación de carne ovina alcanza los 45 millones de dólares anuales, de los cuales entre 30 y 35 millones corresponden a ventas a la Unión Europea y Gran Bretaña.
El cierre de mercados y la incertidumbre en los principales destinos del cordero pone en riesgo no solo estos ingresos, sino la continuidad misma del sector, que atraviesa un momento de gran vulnerabilidad. “La exportación no se puede improvisar, cada mercado tiene sus reglas y hay que mantener la confianza de los compradores internacionales con previsibilidad y compromiso estatal,” insistió Uccelli.
