Blonde d’Aquitaine: la raza dorada de excelencia que gana terreno en Argentina

Originaria del suroeste de Francia, la raza bovina Blonde d’Aquitaine ha conquistado un lugar de privilegio en la ganadería mundial gracias a su gran desarrollo muscular, facilidad de parto, eficiencia alimentaria y docilidad. En Argentina, esta raza encontró un ambiente propicio para su expansión, con experiencias exitosas como la de la cabaña Curutue, en la provincia de Buenos Aires.
La historia de la raza Blonde d’Aquitaine
La historia de la Blonde d’Aquitaine se remonta a siglos atrás, en la región de Aquitania, donde tres razas locales —la Garonnais, la Quercy y la Blonde des Pyrénées— se combinaron para dar origen a esta variedad. Antiguamente utilizada como animal de tiro durante la Edad Media, su fortaleza y docilidad la convirtieron en una herramienta de trabajo clave. Con el tiempo, la selección genética orientada a la producción cárnica la transformó en una de las razas más valiosas de Europa.

En Francia, es la tercera raza bovina en volumen, con más de 480.000 ejemplares y un crecimiento anual del 5%. Su musculatura magra, crecimiento rápido, baja proporción de grasa y una tasa de partos sin asistencia cercana al 98% la hacen especialmente atractiva tanto para criadores como para frigoríficos. Se caracteriza por su pelaje trigo dorado, con zonas más claras en el rostro, vientre y extremidades, y una cabeza larga de perfil triangular.
Su introducción en Argentina comenzó en los años 70 a través de inseminación artificial, en un proceso cuidadosamente planificado para evaluar su adaptación y facilidad de parto. La familia Huffmann, en el partido de 25 de Mayo, fue una de las pioneras. “Primero trajimos semen de Francia para cruzar con nuestras vacas sin hacer selección previa. Todos los partos fueron fáciles, sin complicaciones”, relató Antoinette Marie “Toany” Huffmann, actual propietaria de la cabaña Curutue.

Satisfechos con los resultados, importaron un toro y cuatro vacas puras desde Francia, y luego expandieron el plantel mediante transferencia de embriones y material genético desde Canadá. Hoy, en esa cabaña conviven dos razas de pedigree: la Blonde d’Aquitaine y la escocesa West Highland. El rodeo comercial, en tanto, está compuesto por Aberdeen Angus colorado.
Las características de la raza explican su éxito. Los machos pueden alcanzar hasta 1200 kilos y las hembras unos 750. Los terneros duplican su peso en el primer mes de vida y, en condiciones adecuadas de pastoreo, logran hasta 3 kilos de ganancia diaria. El rendimiento en gancho supera el 62%, muy por encima del promedio de las razas británicas, lo que representa una ventaja económica significativa.

Además, su rusticidad es destacable. “Son animales que no dan trabajo, se adaptan al frío o al calor, y engordan coman lo que coman”, señaló Huffmann. Su pelaje claro y corto, glándulas sudoríparas activas y control muscular sobre la piel le otorgan una gran tolerancia al calor, al igual que razas tropicales como el Brahman.
La Blonde d’Aquitaine ha demostrado en estudios internacionales que supera a otras razas tradicionales en diversos indicadores. Ensayos en Yugoslavia, Irlanda y Nueva Zelanda confirmaron su menor tasa de partos asistidos, mayor área de músculo ocular y mejor rendimiento de carne magra en cortes premium. En comparación con Charolais, Limousin y Simmental, la Blonde mostró canales más magras, con menor contenido óseo y menor cantidad de grasa dorsal.

En definitiva, la Blonde d’Aquitaine representa una alternativa sólida para los productores que buscan eficiencia, calidad de carne y facilidad de manejo. Su crecimiento en Argentina es un reflejo de su capacidad de adaptación y de las ventajas que ofrece en todos los eslabones de la cadena productiva.