Baja de retenciones: el impacto esperado en los precios de soja y trigo


El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, anunció este martes una baja permanente de las retenciones para los granos y sus subproductos, en un paso que busca fortalecer la competitividad de la agroindustria argentina. La medida incluye reducciones de entre uno y dos puntos porcentuales para soja, maíz, trigo, cebada, girasol y sorgo, así como para la harina y el aceite de soja.

Caputo destacó que esta reducción permitirá al sector agroindustrial generar empleo, impulsar el desarrollo regional y reforzar la presencia de Argentina en los mercados internacionales. Según el funcionario, la medida llega en un momento clave del año, acompañando la siembra de maíz y la cosecha de trigo y soja, y forma parte de un plan más amplio de alivio fiscal para la producción agrícola.

Impacto esperado sobre los precios de los granos

Especialistas del sector señalan que la baja de retenciones tendrá un impacto potencial de US$ 8 por tonelada para la soja y de US$ 4 por tonelada para el trigo. Sin embargo, advierten que este efecto puede no trasladarse en su totalidad al mercado, ya que los precios dependen de la oferta y la demanda en cada región y momento de la cosecha.

El especialista Dante Romano explicó para AgrofyNews que, en el caso de la soja, los valores negociados ya contemplan un valor implícito de derechos de exportación, por lo que la baja genera un aumento en la capacidad de pago, pero no necesariamente un salto automático en los precios. En términos prácticos, la medida permitiría que la soja de la campaña 2026 pueda cotizar un poco más alto, con un techo cercano a los US$ 330 por tonelada, dependiendo de cómo reaccionen los productores y el mercado.

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Trigo: una cosecha récord limita el efecto de la baja

En el caso del trigo, el especialista indicó que la gran cosecha y los altos rendimientos generan presión sobre el mercado, limitando el impacto de la reducción de retenciones. La expectativa es que el precio del cereal se mantenga en mínimos cercanos a US$ 160 por tonelada, pese al alivio fiscal, debido a la abundante oferta internacional y a la presión de cosecha en el país.

Además, la combinación de altos rendimientos y problemas de proteína en algunos lotes implica que la comercialización del trigo no reaccionará de manera significativa ante la baja de derechos de exportación. Según Romano, la mejora de US$ 4 por tonelada tendrá un efecto acotado, aunque es positiva para aumentar la capacidad de pago de los productores a futuro.

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Recomendaciones para productores y estrategias de venta

Ante este escenario, los especialistas aconsejan a los productores de trigo esperar antes de vender su grano, ya que los precios actuales no reflejan la capacidad de pago a largo plazo ni las condiciones futuras de la cosecha. La presión de la oferta, sumada a los costos de embolsado y almacenamiento, hace que mantener los granos sea una estrategia lógica.

Para la soja, la recomendación es monitorear la publicación en el Boletín Oficial y evaluar la reacción del mercado ante la medida. El ajuste en las retenciones incrementa la capacidad de pago y podría trasladarse parcialmente a un aumento de precios, pero la decisión final dependerá de la dinámica de oferta y demanda durante los meses previos a la comercialización.

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Perspectivas para el mercado agroindustrial

La baja de retenciones es considerada por analistas y entidades del agro como un paso positivo para la competitividad y la rentabilidad del sector. La medida llega en un momento estratégico, cuando se desarrollan labores de siembra y cosecha, y tiene el potencial de mejorar los márgenes de los productores y fomentar la inversión en el campo.

Sin embargo, los especialistas destacan que el efecto real sobre los precios dependerá de factores como la presión de cosecha, los precios internacionales, la calidad de los granos y la reacción de los compradores. En este contexto, la reducción de retenciones representa una herramienta para sostener la rentabilidad del sector, pero no garantiza incrementos automáticos en el valor de los granos, siendo clave la estrategia de comercialización de cada productor.