Agricultura 2025: histórico avance en la lucha contra malezas resistentes

Después de más de una década de intensa investigación científica sobre agricultura, Syngenta anunció un importante hito en la lucha contra las malezas resistentes, especialmente aquellas gramíneas que afectan a los principales cultivos del mundo. La novedad llega en forma de una nueva molécula herbicida —metproxybiciclone— que no solo representa una innovación química, sino también una nueva subclase dentro del grupo de los inhibidores de ACCasa, una categoría clave en el control de malezas.
Este logro fue validado por el Comité de Acción contra la Resistencia a Herbicidas (HRAC) y la Sociedad Americana de la Ciencia de Malezas (WSSA), dos de los organismos más influyentes en la categorización y estudio del control de malezas a nivel mundial. Con este reconocimiento, Syngenta marca el inicio de una cuarta generación de herbicidas ACCasa, algo que no ocurría desde 2006, cuando se lanzó la tercera generación liderada por la molécula pinoxaden.
La amenaza creciente de malezas resistentes para la agricultura
La aparición de malezas resistentes es uno de los principales desafíos agronómicos a nivel global. En Argentina, país con una de las producciones agrícolas más importantes del mundo, el problema es especialmente agudo. El avance de estas especies —principalmente gramíneas como cloris, sorgo de Alepo y pasto cuaresma— ha reducido drásticamente la efectividad de los herbicidas existentes, generando sobrecostos productivos, pérdida de eficiencia y disminución del rendimiento.

Según Syngenta, actualmente la resistencia a herbicidas está oficialmente documentada en 75 países, afectando a más de 100 cultivos diferentes. De las 273 especies de malezas resistentes reconocidas, un 40% son gramíneas, justamente el tipo más difícil de combatir y que representa una amenaza creciente para cultivos estratégicos como soja y algodón.
“Hace años, nuestros científicos advirtieron que ciertas malezas en Argentina y Brasil desarrollarían resistencia a las herramientas existentes, y desde entonces trabajamos en una solución efectiva y sustentable”, destacó Camilla Corsi, directora global de I+D de Syngenta.
Metproxybiciclone: una innovación esperada
El nuevo herbicida fue desarrollado en el Centro Internacional de Investigación de Syngenta en Jealott’s Hill, Reino Unido, utilizando técnicas de modelado molecular de última generación. El enfoque fue doble: lograr una molécula capaz de controlar malezas que ya no responden a los productos actuales, y al mismo tiempo reducir el impacto ambiental, en línea con la estrategia de innovación responsable de la compañía.
Gracias a su novedoso mecanismo de acción y a una formulación adaptada a los desafíos actuales, metproxybiciclone permite romper barreras de resistencia previamente infranqueables, convirtiéndose en una herramienta fundamental para los próximos años en regiones agrícolas críticas.

Cuándo llegará a Argentina
Argentina está entre los principales mercados agrícolas del mundo y es un foco prioritario para la implementación de esta nueva tecnología. Syngenta anticipó que metproxybiciclone podría estar disponible en el país en 2026, sujeto a la aprobación de las autoridades regulatorias nacionales. Se espera que su uso se enfoque principalmente en rotaciones con soja, algodón y eventualmente maíz, donde las gramíneas resistentes han mostrado un crecimiento más agresivo.
El herbicida se integrará al ya consolidado porfolio de soluciones de Syngenta, que incluye tecnologías como ADEPIDYN®, PLINAZOLIN®, TYMIRIUM® y una creciente oferta de biológicos y herramientas digitales, todas orientadas a aumentar la productividad con un menor impacto ambiental.

Una respuesta global a un problema global
La presentación de metproxybiciclone no solo representa un avance técnico, sino también una señal positiva en un contexto donde el desarrollo de nuevas moléculas se ha vuelto cada vez más lento y costoso, frente a una aceleración en la evolución de resistencias.
Con casi dos décadas entre lanzamientos de nuevas subclases, el reconocimiento de esta innovación por parte de la HRAC y la WSSA genera un nuevo marco de expectativas para la investigación en protección de cultivos. Para los productores argentinos, representa una esperanza concreta frente a un problema que amenaza la sostenibilidad del sistema agrícola.
En palabras de Syngenta: “Este es un paso más en nuestro compromiso de brindar soluciones científicas que permitan producir más con menos, cuidando el suelo, el agua y el ambiente”. Una promesa que, ante el escenario actual, vale mucho más que una simple novedad técnica: podría redefinir la estrategia de manejo de malezas en todo el mundo.