Zona núcleo: las lluvias traban la cosecha, pero el maíz y la soja se afianzan con perfiles óptimos
Las lluvias del fin de semana volvieron a detener la cosecha de trigo en la zona núcleo, donde el avance apenas llega al 53% del área. Las precipitaciones, que dejaron entre 60 y 90 milímetros en sectores del norte bonaerense, provocaron excesos hídricos que impiden retomar las labores. Según el informe semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en esta zona “frenaron cualquier intento de cosecha”, con un progreso que no supera el 20%.
A pesar de las interrupciones, se consolidan rindes muy buenos en los lotes ya trillados de la zona núcleo, lo que sostiene el optimismo sobre el resultado final de la campaña. En el centro-sur de Santa Fe y en el sudeste cordobés, regiones que lograron avanzar antes de las lluvias, el progreso alcanza el 90% y el 80% respectivamente. Estas zonas se despegaron del resto gracias a la posibilidad de trabajar durante breves ventanas climáticas favorables.
Rindes destacados, pero con alertas por calidad
Los primeros datos de rendimiento confirman valores dentro del rango de 50 a 70 quintales por hectárea en gran parte de la zona núcleo. Localidades como Carlos Pellegrini cierran con 50 qq/ha; Bigand reporta 55 qq/ha con un 75% de avance; y Corral de Bustos supera los 60 qq/ha con casi la mitad de la superficie aún por trillar. En Pergamino y Junín, los registros también se mueven entre 50 y 70 qq/ha, aunque en este último caso se reporta calidad “muy mala”.
Sin embargo, empiezan a emerger señales de alerta en algunas regiones de la zona núcleo: el peso hectolítrico muestra una dependencia marcada de la variedad, y tanto la proteína como el gluten aparecen en valores extraordinariamente bajos. En Colón, donde se trillaron pocos lotes, será clave evaluar cómo afectaron las lluvias recientes la calidad del grano. Técnicos de la región advierten que la presión por cosechar entre lluvias complica aún más la situación.

Noviembre cerró con lluvias claves para la campaña gruesa
Noviembre finalizó con 106 milímetros promedio en la red de estaciones GEA/BCR, apenas por encima de los valores históricos. El 75% de la zona núcleo acumuló más de 20 mm y General Pinto registró un pico de 94 mm. Estas precipitaciones, si bien complicaron la etapa final del trigo, resultan determinantes para los cultivos de la gruesa, especialmente el maíz temprano, que atraviesa su período crítico.
Lo llamativo es que noviembre se convierte en el quinto mes consecutivo con lluvias superiores a lo normal en la zona núcleo, pese a un escenario climático compatible con La Niña. Esta “anomalía positiva” está contribuyendo a consolidar perfiles de humedad excepcionales para la siembra y emergencia de la soja, al tiempo que sostiene el desarrollo del maíz temprano en su etapa de mayor sensibilidad.

Maíz temprano: excelente estado y proyecciones de altos rindes
El maíz temprano continúa mostrando un panorama excelente a muy bueno en el 100% de los lotes de la zona núcleo, según la BCR. Un 5% ya está en floración, 60% en panojamiento y el 35% restante sigue en estado vegetativo. Las lluvias recientes llegaron “en el momento justo” para asegurar perspectivas de rendimiento muy altas. En Bigand estiman pisos de 80 qq/ha; en Carlos Pellegrini consideran posible alcanzar el máximo potencial; y en Bombal proyectan pisos cercanos a los 100 qq/ha.
En Corral de Bustos describen la situación como “recontra buena”, con rendimientos que ya estarían prácticamente asegurados si las precipitaciones continúan en diciembre. La confluencia de humedad, temperatura y radiación está generando un escenario óptimo para el cultivo, consolidando una de las mejores perspectivas de los últimos años para el maíz temprano.

Soja de segunda: buen arranque y mayor apuesta por la fertilización
La soja de segunda ya cubre el 24% del área prevista en la zona núcleo, con perfiles de humedad “muy buenos”, aunque con un atraso de 10 puntos frente al año pasado. La intención de siembra asciende a 1,83 millones de hectáreas, de las cuales 450.000 ya se implantaron. Este año se observa un incremento en la fertilización a la siembra, impulsado por los excelentes resultados del trigo.
En Carlos Pellegrini crecen las dosis aplicadas en busca de asegurar nutrientes sin comprometer el suelo. Sin embargo, técnicos advierten que, aunque el paquete recomendado incluye 30 kilos de pentóxido de fósforo más azufre y zinc, la decisión final depende de la disponibilidad económica del productor. No todos podrán alcanzar los niveles ideales, lo que podría generar disparidad en los resultados.
