Un salvavidas para Vicentin 2025: acuerdo calve de empresas del sector


En un giro inesperado, la empresa agroindustrial Vicentin encontró un respiro clave para su delicada situación financiera. Ocho grandes firmas del comercio y procesamiento de granos firmaron contratos que garantizan el ingreso de más de 500 mil toneladas de soja por mes, lo que permitirá reactivar su planta de molienda en San Lorenzo, al norte de Rosario, y asegurar la continuidad laboral de casi mil trabajadores.

Apoyo empresarial y demanda social por Vicentin

Los contratos fueron firmados bajo la modalidad de fasonado —es decir, procesamiento por encargo— y tendrán una duración inicial de seis meses. El acuerdo es fruto de intensas gestiones tras la intervención judicial dispuesta semanas atrás por el juez Fabián Lorenzini, quien lleva adelante el proceso concursal de la empresa. En la negociación también fue clave la participación del ministro de Trabajo de Santa Fe, Roald Báscolo.

Con este respaldo, la planta industrial de Vicentin volverá a funcionar tras largos meses de incertidumbre. Las empresas involucradas en el rescate son Viterra, Bunge, Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), Molinos Agro, Unión Agrícola Avellaneda, Cargill, Louis Dreyfus Company y el Grupo Grassi, todas con un fuerte peso en la agroindustria nacional e internacional.

Vicentin, Santa Fe

Según los términos del acuerdo, entre 350 mil y 380 mil toneladas de soja serán procesadas cada mes en la planta de San Lorenzo, mientras que otras 250 mil toneladas adicionales se destinarán a la planta de Ricardone, también operada por Vicentin. En total, el volumen representa un abastecimiento suficiente para garantizar el funcionamiento continuo de ambas unidades, al menos durante el segundo semestre del año.

El Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) de San Lorenzo celebró la noticia. En un comunicado, señalaron que la decisión “garantiza la paz social y permite mantener operativas las plantas mientras se define el futuro judicial de la empresa”. Además, destacaron el compromiso de los trabajadores y la importancia del acuerdo para resguardar los puestos de trabajo.

La situación de Vicentin, una de las principales agroexportadoras del país hasta su colapso financiero en 2019, ha sido uno de los capítulos más resonantes en la industria agroalimentaria argentina en los últimos años. Aquel año, la empresa entró en cesación de pagos con una deuda superior a los 1.300 millones de dólares. Desde entonces, atraviesa un complejo proceso judicial, con múltiples propuestas de reestructuración y fuertes tensiones con sus acreedores.

El esquema acordado ahora con sus competidoras ofrece una solución transitoria que podría convertirse en el punto de partida para una eventual recuperación. Las empresas que procesarán soja en las plantas de Vicentin no solo aseguran una provisión clave de materia prima para su negocio, sino que también apuestan por sostener la infraestructura productiva del complejo agroindustrial del Gran Rosario, una zona neurálgica para las exportaciones argentinas.

Vicentin

Desde el entorno judicial que supervisa el concurso de acreedores, consideran que esta medida representa un paso positivo para evitar la quiebra de la compañía. “Es una muestra de que aún hay interés del sector privado en mantener operativa la unidad productiva. El fasonado no implica cesión de activos ni salida del proceso concursal, pero sí brinda oxígeno financiero y operativo”, explicaron fuentes cercanas al expediente.

Por ahora, el acuerdo tiene un horizonte de seis meses, pero no se descarta su prórroga si las condiciones económicas y judiciales lo permiten. Mientras tanto, Vicentin continuará buscando una salida definitiva a su crisis, que combine viabilidad económica, garantía de empleo y una resolución justa para sus múltiples acreedores. En el escenario actual, el salvavidas lanzado por sus propias competidoras puede marcar la diferencia entre la subsistencia o la liquidación de una de las firmas más emblemáticas del agro argentino.