Trump busca comprar más carne argentina para contener la inflación en EE.UU.


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su gobierno evalúa incrementar la compra de carne vacuna desde la Argentina como parte de un plan para moderar los precios internos de los alimentos. El gesto, además de su dimensión económica, fue leído como una nueva señal de acercamiento hacia el gobierno de Javier Milei, en el marco del diálogo que ambos países vienen fortaleciendo.

Durante una conversación con periodistas a bordo del Air Force One, Trump aseguró que Estados Unidos “comprará algo de carne argentina” para reforzar la oferta en el mercado doméstico. “Ya tenemos un trato en carne”, expresó el mandatario, aludiendo a un entendimiento preliminar con Buenos Aires que se enmarca en su estrategia para reducir los costos de los productos básicos y contener la presión inflacionaria sobre los consumidores.

Escasez ganadera y presión en los precios

La decisión surge en un contexto de tensiones en el sector ganadero estadounidense, afectado por sequías prolongadas, reducción del rodeo bovino y dificultades logísticas en las importaciones desde México. Frente a ese panorama, la Casa Blanca considera que abrir la puerta a más carne argentina podría ayudar a estabilizar el mercado interno, donde el precio de la carne es uno de los factores que más empujan la inflación alimentaria.

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Estados Unidos necesita ampliar sus fuentes de abastecimiento para evitar picos de precios”, señalaron analistas del sector. Según fuentes comerciales, la medida implicaría un incremento en los cupos de importación que actualmente permiten el ingreso de unas 20.000 toneladas anuales de carne argentina, cifra marginal frente a la producción total del país, que supera los 12 millones de toneladas.

Expectativa y cautela en el agro argentino

La declaración de Trump generó entusiasmo en los exportadores argentinos, aunque todavía no existen precisiones oficiales sobre los volúmenes, plazos o condiciones de la operación. Ni el Departamento de Comercio estadounidense ni la Secretaría de Bioeconomía argentina emitieron comunicados al respecto, y las conversaciones técnicas continuarían en las próximas semanas.

De todos modos, el anuncio fue interpretado como una señal política positiva para la administración de Javier Milei, que busca ampliar los vínculos económicos con Washington. La posibilidad de acceder a un mercado de alto valor agregado como el estadounidense representa una oportunidad para la industria cárnica nacional, que enfrenta costos elevados y una demanda internacional cada vez más competitiva.

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“Si se concreta, será una noticia relevante más por el mensaje político que por el volumen comercial”, explicó un consultor especializado en comercio exterior.

Un vínculo bilateral que se consolida

En los últimos meses, Trump y Milei han cultivado una relación marcada por la afinidad ideológica y los intereses económicos compartidos. Desde Washington, la administración estadounidense ha respaldado el programa de estabilización argentino, mientras impulsa nuevos mecanismos de cooperación financiera y energética.

El eventual incremento de importaciones de carne se inscribe en esa línea de colaboración y refuerza el mensaje de apoyo político de Trump hacia el gobierno libertario argentino. En paralelo, la Casa Blanca busca diversificar sus proveedores en un contexto global de tensiones comerciales y desafíos logísticos.

Para la Argentina, el acceso preferencial al mercado estadounidense podría abrir puertas a futuras negociaciones en otros rubros agroindustriales, como granos procesados o biocombustibles.

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Más gesto político que impacto económico

Pese al revuelo que generó el anuncio de Trump, especialistas coinciden en que el efecto sobre los precios estadounidenses será limitado. Las importaciones argentinas representan una fracción mínima del consumo total de carne de res en Estados Unidos, por lo que la medida tiene un alcance más simbólico que estructural.

Aun así, el gesto reafirma la sintonía entre ambas administraciones y envía una señal de confianza mutua en el plano económico. En un escenario internacional volátil, la cooperación comercial entre Buenos Aires y Washington aparece como una carta estratégica tanto para los intereses de Trump como para los de Milei.