Alertan por el avance de enfermedades fúngicas en trigo y cebada


Las lluvias y la alta humedad de las últimas semanas generaron un escenario ideal para el desarrollo de enfermedades fúngicas en los cultivos de trigo y cebada. En distintas regiones de la provincia de Buenos Aires, asesores y técnicos advirtieron sobre la presencia de roya, mancha en red, escaldadura y mancha amarilla, patologías que pueden afectar severamente los rindes si no se controlan a tiempo.

“El mensaje más importante para los productores de trigo y cebada hoy es no demorar las aplicaciones de fungicidas. Las enfermedades ya están presentes y, si se las deja avanzar, los daños pueden ser irreversibles”, explicó Agustín Bilbao, consultor agronómico que trabaja en el sur bonaerense.

Enfermedades en trigo y cebada: roya y escaldadura, las más preocupantes

En los lotes de cebada, Bilbao destacó que comenzó a observarse escaldadura, todavía con baja incidencia, aunque con potencial de secar las hojas en pocos días si no se aplican tratamientos adecuados. Además, mencionó que la mancha en red muestra una presencia del 70% al 100% de los lotes, con ataques fuertes en algunas zonas.

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En el caso del trigo, los problemas más recurrentes son roya de la hoja, roya estriada y mancha amarilla. “Muchos productores ya realizaron una primera aplicación y estamos entrando en el momento óptimo para la segunda”, precisó Bilbao.

Por su parte, Julio Lieutier, asesor técnico en el norte bonaerense, coincidió en que la roya está muy activa en los trigos, acompañada de un rebrote de mancha amarilla que ya está siendo tratada con aplicaciones aéreas.

“En cebada, la mancha en red fue agresiva: muchos campos ya hicieron una aplicación y están planificando una segunda. Hoy existen mezclas de fungicidas con muy buen control y residualidad, lo que permite mantener el cultivo protegido durante más tiempo”, señaló.

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Buenos rindes de trigo y cebada y alto potencial en el norte y sur bonaerense

A pesar de la presión sanitaria sobre el trigo y cebada, el panorama productivo general de los cultivos de cosecha fina es muy favorable. Tanto en el norte como en el sur de Buenos Aires se observan trigos bien macollados y con alto potencial de rinde, aunque persisten algunos problemas localizados por exceso de agua en el centro de la provincia.

“En el norte los cultivos se desarrollaron muy bien, hubo refertilizaciones con nitrógeno y solo se registraron casos aislados de encharcamiento”, describió Lieutier. En tanto, en el sur bonaerense, los trigos están en la etapa de encañado y las cebadas comienzan a desplegar la hoja bandera, con muy buenos niveles de biomasa y sanidad controlada.

Estrategias comerciales divididas ante la incertidumbre

En paralelo al manejo sanitario, los productores de trigo y cebada enfrentan decisiones complejas en materia de comercialización. Según Alejandro Vejrup, gerente de la Cooperativa Alfa de Tres Arroyos, se observan dos estrategias claras: algunos productores aseguran precios por una parte de la cosecha para evitar la baja estacional habitual en diciembre, mientras que otros prefieren esperar por la volatilidad económica y política.

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“Por cebada forrajera se están ofreciendo unos 180 dólares por tonelada para enero en el sur bonaerense, y por la mercadería cervecera los valores suben a 200-210 dólares”, detalló Vejrup.

El desafío: sostener el potencial con control sanitario oportuno

Los especialistas coinciden en que el potencial productivo de la campaña 2025 de trigo y cebada es muy alto, pero que depende en gran medida del manejo sanitario en estas semanas críticas. “Las condiciones climáticas favorecen el avance de las enfermedades, por lo que las aplicaciones deben realizarse de manera preventiva y estratégica”, remarcó Bilbao.

Desde el INTA y los grupos de asesores privados recomiendan monitorear periódicamente los lotes, identificar los primeros síntomas y utilizar fungicidas de mezcla con acción curativa y preventiva. Además, subrayan la importancia de rotar principios activos para evitar la resistencia de los patógenos y mantener la eficiencia del control a largo plazo.