Tambos: una foto alentadora para la ganadería en el 2025


Los números actuales de los tambos en Argentina muestran una imagen alentadora: la producción creció, el consumo interno se recuperó y las exportaciones aumentaron en valor. Sin embargo, los especialistas del sector insisten en que no hay que dejarse llevar por la foto del momento, sino analizar la película completa de una actividad históricamente volátil y sensible a los vaivenes macroeconómicos.

Los tambos con buenas proyecciones para el 2025

Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), en marzo de 2025 la producción diaria en tambos fue de 3,6 millones de litros más que en el mismo mes del año anterior, lo que representa un incremento del 15,9%. Esta recuperación se atribuye en parte a una mejora en las condiciones climáticas y a un contexto económico más favorable que el del crítico 2024, año marcado por la sequía y la caída de rentabilidad en el sector.

Tambos, ganadería, Santa Fe

El consumo interno también acompañó esta tendencia positiva para los tambos. Al observar el primer cuatrimestre del año, las ventas locales de productos lácteos registraron una suba del 14% respecto al mismo período de 2024. La comparación interanual de abril muestra un crecimiento del 15,4% en volumen de productos vendidos y un incremento del 10,8% en litros de leche equivalentes. Estos datos reflejan una lenta pero sostenida recuperación del poder adquisitivo de los consumidores, que comienza a traducirse en un mayor consumo de alimentos esenciales como los lácteos.

Donde el análisis se vuelve más complejo es en el frente externo. En el primer trimestre del año, las exportaciones totales en toneladas cayeron un 8,4% respecto a 2024. No obstante, en términos de valor, se registró un crecimiento del 1,7%, gracias a una mejora significativa en los precios internacionales. La leche en polvo, principal producto de exportación del sector, cotiza actualmente en torno a los 4.200 dólares por tonelada. Aunque este valor está por debajo del promedio histórico, representa una oportunidad valiosa para la industria argentina de tambos.

Tambos, ganadería

Ercole Felippa, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL) y de la cooperativa Manfrey, advirtió sobre la necesidad de mirar más allá de los buenos datos coyunturales de los tambos. “La foto actual es muy buena, pero la lechería nunca debe tener una mirada estática, sino que hay que analizar la película completa”, señaló en diálogo con Revista Chacra. Para Felippa, la lechería es una actividad de alta complejidad y sensibilidad: “Es un alimento básico, donde las vacas deben ser ordeñadas todos los días, alimentadas, cuidadas. No se puede frenar la producción ante una crisis”.

El empresario reconoció que se trata de un momento positivo, en el que la actividad muestra una recuperación importante tras la fuerte caída registrada durante 2024, que ya venía arrastrando problemas desde el año anterior. Si las condiciones actuales se sostienen, es probable que al cierre de 2025 se haya recuperado buena parte del terreno perdido.

estrés térmico, ganadería, producción de leche, segundo semestre, tambos, ganadería

En cuanto al consumo interno, Felippa destacó que el poder adquisitivo de los argentinos aún está lejos de los niveles de 2023, pero valoró los primeros signos de mejora. “Esto se manifiesta incluso en los precios de las vaquillonas y las vacas, que han empezado a subir”, agregó.

Respecto al mercado externo para los tambos, el titular de la CIL celebró los altos precios de la leche en polvo, aunque subrayó que el tipo de cambio sigue siendo un factor clave. “Oscila, pero por lo menos permite exportar cubriendo los costos”, explicó. Y concluyó con una reflexión más amplia: “Argentina necesita obtener dólares genuinos, y la única forma de lograrlo es aumentando las exportaciones. Por eso es fundamental que se trabaje en mejorar la competitividad del sector”.

Así, mientras los datos actuales son prometedores, los referentes de la cadena láctea insisten en la necesidad de políticas estables y de largo plazo que permitan consolidar el crecimiento y evitar los ciclos recurrentes de crisis y recuperación. La lechería argentina, aseguran, necesita algo más que una buena foto: necesita una película sostenible.