Tambos: la producción creció 11,4% en el primer semestre

Los tambos argentinos atraviesa un primer semestre de 2025 notablemente positivo, marcando una fuerte recuperación tras un 2024 adverso. Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), la producción de leche entre enero y junio alcanzó los 5.402 millones de litros, lo que representa un crecimiento interanual del 11,4%, superando ampliamente las proyecciones iniciales del sector, que estimaban un alza del 7,8% para el período.
El dato más reciente corresponde al mes de junio, cuando se produjeron 928,6 millones de litros, un 10,3% más que en igual mes de 2024 y un 3,4% más que en mayo. Este comportamiento responde a una combinación de factores: un incremento en la productividad individual de los tambos, un crecimiento del rodeo lechero y condiciones climáticas y sanitarias más favorables en comparación con el año anterior.
Desde la OCLA explican que las cifras se ven potenciadas por la baja base de comparación: en la primera mitad de 2024, la producción había caído un 12,6% como consecuencia de la sequía, el aumento de costos y la salida de muchos tambos del sistema productivo. “Las débiles cifras comparables facilitarán que la producción alcance un crecimiento significativo en el primer trimestre de 2025”, señala el informe, en línea con lo que había anticipado Rabobank en su análisis anual.
Los tambos mejoran en cantidad y calidad
Uno de los aspectos más alentadores del informe del OCLA es que el crecimiento no se limita al volumen producido, sino que también se expresa en una mejora en la calidad de la leche. Los llamados “sólidos útiles” —grasa butirosa y proteína— crecieron un 13,3% interanual en el semestre, pasando de un promedio de 7,20% en 2024 a 7,32% en 2025. Este dato no solo refleja un mejor manejo nutricional y sanitario en los tambos, sino que también implica un valor agregado para la industria y una mayor eficiencia en la elaboración de derivados lácteos.
En junio, la producción total de sólidos fue un 4,7% superior a la de junio de 2023 y un 3,2% más alta que la de 2022, consolidando una tendencia de mejora continua en este indicador clave.

Evolución regional y por tamaño de tambos
Si bien el crecimiento fue generalizado, no se manifestó de manera uniforme en todas las regiones ni entre todos los estratos productivos. Al analizar los datos por “tambo constante” —es decir, comparando solo aquellos establecimientos que informaron producción tanto en 2024 como en 2025—, se observa que los tambos grandes, con más de 6.000 litros diarios de producción, lideraron el crecimiento con una suba interanual del 14,1%. En cambio, los tambos medianos crecieron un 11,0%, mientras que los de menor escala apenas registraron una mejora del 2,3%.
Estas diferencias reflejan la disparidad estructural del sector lechero argentino, donde la eficiencia tecnológica, el acceso a financiamiento y la capacidad de adaptación a las variables del mercado siguen marcando un fuerte contraste entre los distintos actores.

Perspectivas para lo que resta del año
De sostenerse esta tendencia, 2025 podría cerrar con una suba anual de entre 6,5% y 7,5% en la producción total de leche, lo que permitiría recuperar por completo los niveles de 2023 e incluso acercarse a los de 2022. Para igualar el volumen de producción de aquel año, haría falta una suba del 9,1%, un objetivo que ya parece estar al alcance.
Sin embargo, el OCLA advierte que el segundo semestre podría mostrar una desaceleración, ya que la base de comparación con fines de 2024 será menos favorable por la incipiente recuperación que ya se había iniciado en ese entonces.

Con todo, el balance del primer semestre confirma un cambio de escenario para la lechería argentina. La mejora en los indicadores productivos, tanto en cantidad como en calidad, permite mirar el futuro con optimismo, aunque aún persisten desafíos estructurales que el sector deberá enfrentar para consolidar este crecimiento en el largo plazo.