El sorgo se consolida como aliado estratégico de la producción porcina
Un ensayo conjunto de Advanta Semillas y Biofarma SA demostró que la inclusión de sorgo bajo en taninos en dietas de terminación porcina no solo mantiene el desempeño productivo, sino que también mejora el margen económico por animal en comparación con dietas tradicionales basadas en maíz.
En un contexto de altos costos de granos y volatilidad de precios, la búsqueda de alternativas energéticas al maíz cobra cada vez mayor relevancia. Entre ellas, el sorgo de bajo tanino se destaca no solo por sus aportes nutricionales, sino también por su estabilidad de rendimiento frente a desafíos climáticos, ofreciendo ventajas tanto agronómicas como económicas.
Diseño del ensayo y resultados productivos
El estudio se desarrolló en el Centro Experimental de Nutrición Animal (CENAB), en Carnerillo, Córdoba, y contó con 288 cerdos en fase de terminación, distribuidos en cuatro tratamientos de dieta isoproteica e isoenergética. Cada dieta reemplazaba distintos porcentajes de maíz por sorgo bajo tanino, manteniendo entre un 23% y 27% de otros ingredientes como proteínas, minerales y aminoácidos.

Los tratamientos fueron:
- T1: dieta a base de maíz (~75% de inclusión).
- T2: 25% de sorgo en reemplazo de maíz.
- T3: 50% de sorgo en reemplazo de maíz.
- T4: 75% de sorgo, prácticamente sin maíz.
Los resultados evidenciaron que los animales del grupo T4 (75% de sorgo) alcanzaron el mayor peso final promedio, 125,9 kg por capón, superando al grupo alimentado exclusivamente con maíz (T1, 123,7 kg). La ganancia diaria de peso también fue superior: 1.020 g/día frente a 990 g/día en el control, sin diferencias en calidad de canal ni características de la carne.
Aunque la conversión alimenticia fue levemente inferior (2,38 kg/kg de carne vs 2,24 kg/kg para la dieta de maíz), el mayor peso de faena compensó esa diferencia, demostrando que el sorgo puede reemplazar al maíz sin pérdidas de eficiencia ni impacto en el producto final.

Aspectos nutricionales y ventajas del sorgo
Según Julián Siri, Gerente de Desarrollo de Producto de Advanta, los híbridos modernos de sorgo bajo tanino eliminan los problemas históricos de digestibilidad y palatabilidad. “Hoy el sorgo ofrece un perfil energético y proteico comparable al maíz, con ventajas agronómicas y económicas claras”, explicó.
De acuerdo con el National Research Council (2022), el cultivo aporta 3,09 kcal/kg MS de energía metabolizable (vs 3,27 kcal/kg del maíz) y 10% de proteína cruda (vs 8,5% en maíz), posicionándolo como una herramienta estratégica para dietas balanceadas.
Beneficio económico: mayor rentabilidad
El análisis financiero del ensayo confirmó que la dieta con 75% de sorgo es la más rentable. Con un precio estimado de AR$1.800 por kg de capón, el Ingreso Sobre Costo de Alimentación (ISCA) alcanzó $119.485 por capón, superando los $118.650 del tratamiento a base de maíz (T1).
Si bien el grupo T4 tuvo un mayor consumo de alimento (222 kg frente a 207 kg en promedio en los otros tratamientos), los ingresos adicionales por el mayor peso de canal compensaron ampliamente el incremento del costo, consolidando la rentabilidad neta. Además, considerando que el sorgo suele costar entre 80% y 90% del valor del maíz, el margen económico potencial se amplía aún más.

Ventajas agronómicas y sostenibilidad
Más allá de los beneficios productivos y económicos, el sorgo también ofrece ventajas agronómicas y ambientales: menor consumo de agua por kilo de materia seca, mayor aporte de rastrojo al suelo y estabilidad de rendimiento en condiciones climáticas restrictivas.
Siri destacó que “el cultivo maximiza el margen económico, mantiene la eficiencia zootécnica y suma ventajas agronómicas que fortalecen la sustentabilidad de los sistemas productivos”.
Una alternativa integral para la producción porcina
El sorgo bajo tanino se posiciona como una alternativa nutricional competitiva, que permite reducir riesgos frente a la volatilidad del mercado de granos, mantener la eficiencia productiva y generar mayor rentabilidad por animal.
En definitiva, este cultivo no solo asegura el desempeño zootécnico de la producción porcina, sino que también contribuye a la resiliencia y sustentabilidad de los sistemas agropecuarios argentinos, consolidándose como un aliado estratégico para productores y empresas del sector.
