El sorgo argentino creció 16% en la campaña 2024/25 y consolida su perfil exportador


La producción nacional de sorgo cerró la campaña 2024/2025 con cifras positivas que confirman su recuperación y su relevancia dentro del esquema agrícola argentino. De acuerdo con el informe de julio elaborado por la Dirección Nacional de Agricultura, la cosecha alcanzó los 2,9 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento interanual del 16% respecto del ciclo previo. El resultado se apoya en una mayor superficie sembrada y en la buena respuesta de las principales zonas productivas.

El repunte del sorgo no solo se refleja en los números de producción, sino también en su consolidación como un cultivo estratégico, con fuerte orientación exportadora y capacidad de diversificación en un mercado global cada vez más competitivo.

Más superficie, más producción

Uno de los datos salientes del informe oficial es el incremento del área destinada al sorgo. Durante la campaña 2024/25 se sembraron 1 millón de hectáreas, un 22% más que en el ciclo anterior. Esta expansión permitió que, pese a condiciones climáticas heterogéneas en algunas regiones, el volumen final de producción alcanzara niveles destacados en comparación con los últimos años.

Con la cosecha prácticamente finalizada —restan apenas algunos lotes puntuales por levantar—, el balance de campaña muestra un cultivo en franca recuperación, luego de años en los que el sorgo había cedido protagonismo frente a la soja, el maíz y el trigo.

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El mapa provincial: Santa Fe, Santiago y Buenos Aires al frente

El sorgo tiene un arraigo importante en varias provincias argentinas, aunque algunas se destacan con mayor peso en el ranking nacional. El promedio de siembra de los últimos cinco años muestra a Santa Fe en el primer lugar, con 164.953 hectáreas, seguida por Santiago del Estero con 120.052 hectáreas y Buenos Aires con 118.911 hectáreas.

Más atrás aparecen Córdoba (117.224 ha), Entre Ríos (99.723 ha), Chaco (71.742 ha) y La Pampa (36.040 ha). Este mapa productivo refleja la capacidad del sorgo de adaptarse a distintas condiciones agroecológicas, desde el litoral hasta el centro y el norte del país.

En provincias como Santiago del Estero o Chaco, el sorgo cumple además un rol estratégico por su mayor tolerancia a la sequía en comparación con otros cultivos, lo que lo convierte en una herramienta clave para la rotación y la sustentabilidad de los sistemas agrícolas.

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Un cultivo cada vez más exportador

Más allá de la mejora en superficie y producción, el sorgo argentino reafirma su perfil exportador. En los últimos cinco años, el país logró colocar grano en 67 destinos internacionales, lo que refleja un abanico de mercados diversificado. Sin embargo, el verdadero motor de la demanda es China, que absorbió el 89% de las exportaciones totales en ese período.

La fuerte presencia del sorgo argentino en el gigante asiático responde a la demanda de granos para alimentación animal, en un contexto de expansión de la ganadería porcina y aviar en ese país. La preferencia de China por el sorgo argentino también se apoya en la competitividad logística y en la calidad del producto ofrecido.

Estrategia y futuro del sorgo

El crecimiento del 16% en la producción y la expansión del área sembrada consolidan al sorgo como una alternativa estratégica dentro de la agricultura argentina. El cultivo ofrece ventajas tanto en términos productivos —por su adaptación a diferentes ambientes y su tolerancia a condiciones adversas— como en lo comercial, gracias a su orientación exportadora y al acceso a mercados firmes como el asiático.

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Además, en un contexto de variabilidad climática y necesidad de diversificar la matriz agrícola, el sorgo se presenta como una opción viable para complementar a los grandes cultivos tradicionales. Su aporte a la rotación, al control de malezas y a la sustentabilidad de los sistemas es cada vez más valorado por los productores.

De cara a la próxima campaña, el desafío será mantener la tendencia de crecimiento y consolidar nuevas oportunidades de mercado. Si bien China seguirá siendo el principal destino, la diversificación hacia otros países compradores será clave para reducir la dependencia de un único socio comercial.

En síntesis, el sorgo argentino atraviesa un momento de expansión que lo posiciona nuevamente en el radar de productores, exportadores y analistas. Con más superficie, más producción y una fuerte inserción internacional, el cultivo se perfila como una pieza clave en el tablero agrícola del país.