La soja volvió a ser protagonista: crecen las exportaciones en el primer semestre de 2025


El complejo sojero reafirmó su liderazgo en las exportaciones agroindustriales argentinas durante el primer semestre de 2025. Con envíos por US$ 9.248 millones, la soja se consolidó como la principal fuente de divisas del país, con un peso del 25% sobre el total exportado, según datos del Monitor de Exportaciones Agroindustriales elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).

Estos números marcan un repunte respecto del mismo período de 2024, cuando las ventas externas de soja habían estado fuertemente condicionadas por la sequía histórica que afectó la producción. En cambio, este año, con una campaña más favorable y precios internacionales estables, el complejo sojero volvió a situarse en el centro de la escena económica argentina.

El complejo más fuerte de la agroindustria

El informe de FADA detalla que el complejo soja (porotos, harina, pellets, aceite y biodiésel) superó en valor a todos los demás complejos exportadores del agro. Le siguieron, en orden, el maicero (US$ 4.659 millones), el cerealero (US$ 4.537 millones) y el triguero (US$ 2.081 millones).

Esto significa que 1 de cada 4 dólares que ingresaron al país en concepto de exportaciones agroindustriales en el primer semestre provino de la soja y sus derivados.

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Harina y pellets, el producto estrella

El principal rubro dentro del complejo fue la harina y pellets de soja, que alcanzó ventas por US$ 5.517 millones, representando más de la mitad de los envíos totales. En segundo lugar se ubicó el aceite de soja, con US$ 2.372 millones exportados, mientras que el poroto sin procesar ocupó el tercer lugar con US$ 1.358 millones.

Este esquema confirma la importancia de la industrialización local, que permite agregar valor a la producción primaria. Argentina sigue posicionada como uno de los mayores exportadores globales de harina y aceite de soja, productos que encuentran sus principales destinos en mercados asiáticos y europeos.

Principales destinos

En el primer semestre de 2025, los principales compradores de soja y sus derivados fueron India, Vietnam, China, Egipto y la Unión Europea. Estos destinos concentran la mayor demanda de harina y aceite, insumos esenciales para la alimentación animal y para la producción de biocombustibles.

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El informe destaca que India continúa siendo el destino número uno del aceite de soja argentino, mientras que Vietnam y China lideran en la demanda de harina y pellets.

Un repunte tras la sequía

El contraste con 2024 es significativo. En ese año, el complejo sojero sufrió una fuerte merma en las exportaciones debido a la sequía, que redujo drásticamente la producción y provocó pérdidas de divisas. En 2025, con una campaña climáticamente más benévola, el sector logró recuperar volumen y sostener precios, lo que se reflejó en un salto en el ingreso de dólares para el país.

Los analistas consideran que esta mejora es clave para las reservas del Banco Central, dado que la soja es el motor histórico de la generación de divisas en Argentina.

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Desafíos y balance

A pesar de los buenos números, persisten desafíos. El informe de FADA advierte que el complejo sojero enfrenta la necesidad de diversificar mercados, mejorar la infraestructura logística y garantizar reglas de juego claras para la inversión. Además, la competencia internacional sigue siendo intensa, con Brasil y Estados Unidos como jugadores dominantes en el comercio mundial.

El desempeño del complejo sojero en el primer semestre de 2025 confirma una vez más su papel central en la economía argentina. Con US$ 9.248 millones exportados, la soja representó una cuarta parte de las ventas agroindustriales totales y permitió revertir el mal año anterior.

La fortaleza del sector radica en su capacidad de industrialización y agregado de valor, que lo convierte en un actor insustituible dentro del comercio exterior argentino. De cara al futuro, su desafío será sostener el crecimiento y aprovechar la demanda global de alimentos y energía renovable. La soja, otra vez, volvió a ser el motor del ingreso de divisas en la Argentina.