La siembra de soja avanza con fuerza en la zona núcleo
La región núcleo comenzó a consolidar el avance de la siembra de soja de primera tras las lluvias registradas en las últimas semanas. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), ya se implantó el 25% del área prevista, equivalente a 800.000 hectáreas, con expectativas alentadoras para la campaña gruesa. Sin embargo, el clima vuelve a ocupar el centro de la escena: La Niña dice presente y su posible impacto genera análisis comparativos con una campaña que trae buenos recuerdos: la 2016/17.
Lluvias recientes y perfiles recargados: un arranque favorable
Las precipitaciones acumuladas durante el invierno y la primavera permitieron que la región núcleo llegue al inicio de la implantación con perfiles de suelo bien provistos de humedad, una condición clave para garantizar una emergencia pareja y una correcta implantación de la soja. De hecho, el informe destaca que el 85% de la región presenta reservas hídricas entre adecuadas y abundantes, un escenario mejor incluso que el de hace nueve años.
Este contexto contrasta con el típico escenario que suele asociarse a La Niña, generalmente vinculada a la falta de lluvias. No obstante, la entidad rosarina advirtió que este año, al igual que en 2016, se trata de una Niña débil y de desarrollo corto, lo que cambia sustancialmente la interpretación del riesgo climático.

Un avance de siembra que pudo ser mayor
A pesar de las buenas condiciones iniciales, el progreso de siembra de soja no fue tan acelerado como se proyectaba. En la última semana se avanzó sobre casi 500.000 hectáreas, pero los técnicos señalaban la intención de aprovechar más la ventana de humedad para sembrar tempranamente.
El motivo del freno estuvo en la persistencia de temperaturas bajas para la época y la ocurrencia de lluvias intermitentes, factores que hicieron que muchos productores decidieran esperar algunos días más para garantizar mejores condiciones térmicas y evitar riesgos de resiembra.
En la distribución territorial, el sureste de Córdoba encabeza el avance con un 60% del área ya implantada, mientras que el extremo sur de Santa Fe se ubica en torno al 30%. Se espera que, de mantenerse la estabilidad climática, el ritmo de siembra se acelere en los próximos días.

El paralelismo con 2016/17: una campaña que sorprendió para bien
La BCR remarcó las similitudes entre las actuales condiciones y las de la campaña 2016/17. En aquel ciclo, noviembre inició con buenas reservas de agua, pero más adelante comenzó a sentirse la falta de humedad. Sin embargo, todo cambió después del 20 de diciembre, cuando se registraron lluvias excepcionales en gran parte de la región núcleo.
En solo un mes, se acumularon más de 200 milímetros, y en algunas zonas se superaron los 500 milímetros, lo que permitió revertir el escenario de la soja y garantizar una definición excelente de rindes.
El resultado final fue contundente:
- Maíz: promedio regional de 101 qq/ha, el tercer mejor registro histórico.
- Soja (primera y segunda): promedio de 38 qq/ha, el quinto mejor de los últimos 17 años.
Estos datos respaldan la afirmación de la BCR: “La Niña no es sinónimo automático de malos resultados”.

Expectativas para los próximos meses
De cara a la etapa crítica del cultivo —entre diciembre y enero—, el foco estará puesto en el comportamiento de las precipitaciones. Los perfiles hídricos permiten arrancar con tranquilidad, pero el rendimiento final dependerá del acompañamiento de las lluvias en pleno llenado de granos.
Por ahora, la campaña de soja se mueve entre la cautela y la esperanza. La memoria de 2016/17 no solo es una referencia técnica, sino también un recordatorio de que incluso en años con señales climáticas desafiantes, el campo argentino puede sorprender con grandes resultados.
